El papa Francisco exhortó este domingo a poner fin al exterminio “en la martirizada Siria”, reconciliar a los pueblos de Tierra Santa y alentar el diálogo en Corea, durante el tradicional mensaje de Pascua Urbi et Orbi.
Ante unos 80 mil fieles congregados en la Plaza San Pedro, así como 300 sacerdotes, 150 obispos y 25 cardenales, el pontífice invocó con fuerza la paz y que la sociedad deje de “descartar” a los más frágiles, comenzando por los niños y los ancianos.
“Que no falte la solidaridad para las personas que se ven obligadas a abandonar sus tierras y privadas de lo mínimo necesario para vivir”, sostuvo en alusión a los refugiados e inmigrantes, ante una multitud que desde muy temprano llegó a la plaza tras atravesar los diversos controles de seguridad en torno a un Vaticano muy vigilado por miles de policías.
Tal como lo había hecho el sábado por la noche durante la vigilia de Pascua, Jorge Bergoglio invitó a superar el silencio contra las injusticias: “¿Qué hago? ¿Tú qué haces?”, cuestionó. Destacó la importancia de hacer llegar el mensaje:
“Es necesario llevar ahora esperanza y dignidad en nuestra historia, signada por tantas injusticias y violencia; donde existen la miseria y la exclusión; donde hay hambre y falta el trabajo; a los refugiados, muchas veces rechazados por la actual cultura del descarte; a las víctimas del narcotráfico, de la trata de personas y de la esclavitud de nuestros tiempos”
Clamó por vida nueva para los niños que, a causa de las guerras y el hambre, crecen sin esperanza, privados de educación y de asistencia sanitaria; y también para los ancianos descartados por la cultura egoísta, que deja de lado a quien no es “productivo».
Invocó “frutos de sabiduría para aquellos que en todo el mundo tienen responsabilidades políticas para que respeten siempre la dignidad humana, actúen con decisión en servicio del bien común y aseguren el desarrollo y seguridad de sus ciudadanos”.
Con información de Ansa