Por: Eugenio Suárez Pérez, de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
Nadie duda que el comandante Ernesto Che Guevara fue quien más hizo por el trabajo voluntario en Cuba, en sus inicios, quien más contribuyó a expandirlo e impulsarlo en el pueblo, quien luchó por su organización para que cumpliera sus objetivos. Sin embargo, cuando uno se adentra en la historia del año 1959 —aquel primero de la Revolución triunfante—, a través de las páginas de los diarios, descubre hechos y acontecimientos interesantes. Así, nos encontramos en los periódicos Hoy y Revolución, y en algunas intervenciones del Comandante en Jefe Fidel Castro, los antecedentes del trabajo voluntario y, quizás, la información que nos permite conocer cómo se organizaron los primeros de ellos. No pretendo ser absoluto, solo expongo lo que personalmente encontré en la prensa cubana.
“En la tarde del 3 de abril de 1959, una comisión de trabajadores visitó la redacción del periódico Hoy, portadores de una carta para el líder de la Revolución, cuyo texto se explica por sí solo.
“Los abajo firmantes, hombres y mujeres conscientes del beneficio que para la patria tiene la Reforma Agraria y conscientes también del cúmulo de trabajo que en estos momentos embarga a nuestro líder, hemos querido organizarnos para ayudar seriamente a la realización de esa medida revolucionaria; hemos organizado una columna de ayuda agraria, compuesta por voluntarios, con el objeto de dedicar los domingos a trabajar gratuitamente en el lugar del campo que se nos designe, por entender que de esa manera estamos demostrando a la reacción nuestra disposición de ayudar a la Revolución con nuestras herramientas de trabajo y con las armas, si es necesario. (…)
“Creemos que esta obra sería imitada por infinidad de hombres y mujeres deseosos de ayudar a la Revolución; de esta manera estamos exhortando a todo el pueblo, y a la clase obrera en general, para que a través de sus sindicatos, centros de trabajo y organizaciones de barrio organicen brigadas análogas, con el fin de dedicar determinadas horas libres, los domingos, al impulso de la Reforma Agraria. De esta manera estaremos cumpliendo a la integración de (…) una actividad desinteresada, altruista y espontáneamente alegre.
“Firman, por la comisión: Esteban Cueto, Luis Valiente, Alberto Fernández, Emilio Sánchez, Segundo Guerrero, Pedro Bodega, Enrique Palazón, Jorge Valiente, Isabel Delgado, Migdalia Bacallo y otros.”
Días después, Hoy publica: “Además, los obreros agrícolas y campesinos han creado cuadrillas de obreros voluntarios que donan un día de trabajo (los domingos) para ayudar a la Reforma Agraria”.
En el Primer Congreso Nacional de Educación Rural, inaugurado el jueves 27 de agosto de 1959, Fidel presentó una extraordinaria propuesta a los maestros cubanos: “Quiero proponer una fórmula generosa (…) de sacrificios, sí, pero de honra, de sacrificio, pero de sacrificio a la Patria, de sacrificio, pero de extraordinario favor a cientos de niños (…) lo que quiero proponerles a los maestros es que con los mismos recursos que tenemos para crear cinco mil aulas, creemos las diez mil aulas, que con los mismos recursos que tenemos para dar empleo a los cinco mil maestros demos empleo a diez mil maestros.(…) Los maestros estarán dando un ejemplo digno de imitarse: que este ejemplo de sacrificio por los maestros, que esta lección de que tenemos que sacrificarnos hoy si queremos tener felicidad mañana, empiece por los maestros y que los maestros se pongan a la cabeza del civismo del país con un poco de esfuerzo.
Días más tarde, el viernes 17 de septiembre, compareció el compañero Fidel Castro, en el programa Ante la Prensa, de CMQ-TV, y recordando la actitud de los docentes en respuesta a su proposición, informó sobre diez mil nuevas aulas para el curso escolar que se iniciaba, y recalcó el hecho extraordinario, de que “esos maestros vayan a dar clases casi semivoluntarios”.
En el mes de octubre se crea la Organización de Trabajadores Voluntarios (OTV). El periódico Revolución del 9 de octubre dedica su última página a dar a conocer esa iniciativa auspiciada por la Dirección Provincial del Movimiento 26 de Julio de La Habana, e incluye una planilla para ingresar a esa organización. En otras partes del mensaje expresa los objetivos de esta organización: “Tu mejor ayuda en la obra del Gobierno Revolucionario es inscribirte en la OTV. Tu esfuerzo… hombre o mujer, obrero, profesional o empresario, puede ser encauzado en un fin práctico para que sea útil en la gran tarea de construir una Cuba Nueva. ¿Cómo funciona la Organización de Trabajadores Voluntarios? Si tú dispones de algún tiempo libre, puedes aprovecharlo en servicios voluntarios al Estado, a través de este organismo cívico que clasifica los servicios y facilita sus miembros para tareas de todas clases, trabajos físicos o actividades intelectuales. Tú eliges libremente el tipo de ayuda que quieres prestar, según tus conocimientos, tu experiencia y el tiempo de que dispones”.
Al siguiente día, sábado 10 de octubre, se efectuaba la primera movilización de la Organización de Trabajadores Voluntarios y el periódico Revolución del día 12, con un gran destaque, daba la información de lo acontecido: “La Organización de Trabajadores Voluntarios (OTV), rindió triunfalmente su primera jornada de labor al completar durante el sábado toda la pintura de los contenes del Malecón habanero. Más de 400 trabajadores, animosos y espontáneos, se dedicaron a la tarea desde horas tempranas de la mañana hasta pasado el mediodía. Al final, más de veinte kilómetros, a lo largo de nuestra hermosa avenida del litoral, habían quedado transformados por la obra restauradora de los brochazos constantes de un extremo a otro, desde la Aduana hasta la entrada del túnel bajo el río Almendares.
“La organización del trabajo se desenvolvió satisfactoriamente.
Los voluntarios inscriptos desde días anteriores concurrieron a la hora señalada, y los transeúntes y curiosos que acudieron a la avenida marítima también se sumaron en apreciable número a los grupos de trabajo previamente constituidos. (…) Así transcurrieron las horas de la mañana del sábado, un 10 de octubre que fue celebrado por una gran cantidad de cubanos con el mejor tributo que se le puede brindar a la patria: el trabajo constructivo.”
La tarde del 15 de octubre de 1959, el compañero Fidel despidió en el aeropuerto José Martí, de Rancho Boyeros, al entonces ministro de Estado de Venezuela, señor Ignacio Luis Arcaya.
Después de su partida, Fidel recorrió los trabajos de reparación que se hacían en el lugar, con vista a ponerlo en condiciones para la celebración, dentro de breves días, de la Convención de la American Society of Travel Agents (ASTA).
Durante el recorrido se le informó que habían colaborado en las mismas 977 obreros de la cuadrilla 510 del Distrito Habana de Obras Públicas, los cuales habían trabajado turnos seguidos de 24 horas consecutivas y como cooperación con el Gobierno Revolucionario dichos obreros habían laborado una hora diaria de más, gratuitamente. Fidel se mostró altamente complacido con la acción de los trabajadores, expresando que estos sí habían asimilado el propósito de la Revolución de trabajar para Cuba.
Cuatro días después, el 19 de octubre, en el acto conmemorativo del Día del Trabajador Bancario, el Comandante en Jefe pronunció un importante discurso. En su intervención expresó: “Tenemos el caso del Aeropuerto de Rancho Boyeros, construido por los trabajadores en menos de 45 días, trabajando nueve por ocho, con lo cual esa cuadrilla de obreros, que es la 510, se ha ganado el honor de ser la pionera en el trabajo revolucionario… permitiéndose hacer una obra que ha sido la (sic) admirada de todos los que han llegado aquí, asombrados de ver el adelanto logrado en tan breves días, lo cual demuestra que solamente con el esfuerzo podemos nosotros llegar a tener un porvenir mejor para todos. Porque, sencillamente mientras no elevemos, a través de todos los esfuerzos posibles, la capacidad de producción del país; mientras no elevemos la producción per cápita de la nación, no podremos estimular el estándar de vida. Porque no es posible que pueda disfrutar el mismo estándar de vida un país con una producción per cápita de mil, mil quinientos o dos mil pesos, que un país con una producción per cápita de trescientos pesos al año, el cual es el caso de los países subdesarrollados, como Cuba”.
En otro programa Ante la Prensa, el 22 de octubre, el líder de la Revolución vuelve a hacer referencia al trabajo voluntario: “Es impresionante ver a los trabajadores voluntarios pintando contenes y realizando todo ese trabajo que no se logra sino en época como ésta, como es impresionante el trabajo que realizaron los obreros de la cuadrilla 510 en el aeropuerto”.
El 26 de octubre, el diario Revolución vuelve sobre el tema. Bajo el título “¡La OTV en acción!”, comunica que por la explanada de la Plaza Cívica los trabajadores voluntarios se entregan, bajo el sol de la mañana del domingo 25, a la labor de chapear las malezas.
Más, adelante dice: “La Organización de Trabajadores Voluntarios es un caso sin precedentes en nuestra historia. Hombres y mujeres de la ciudad se aprestan a trabajar en tareas de embellecimiento y limpieza de La Habana. ‘Tu ciudad es también tu casa’, reza un slogan publicitario. Y los habaneros lo han emprendido tan bien que hace unos días, en víspera de la Convención del ASTA, vimos en el Malecón una legión de personas pintando de blanco el contén de las aceras. Después fue la calle Línea; le siguió la calle L. Cada vez que la OTV convoca a sus ‘legionarios’, allí está presente una gran cantidad de ciudadanos que dedican sus horas libres, por la noche, por la tarde después de las tareas de oficina o taller, los domingos por la mañana.
Siempre se le busca tiempo para cumplir con la OTV (…) Cuba estaba dando un ejemplo al mundo. Existe una verdadera conciencia revolucionaria ciudadana”.
A partir del 11 de noviembre de 1959 se crea una sección fija en el periódico Revolución, con el título OTV: Informa, de la periodista Alicia G. González. En esa primera ocasión, el periódico se pone en contacto con los trabajadores voluntarios a través de esta columna para mantenerlos plenamente informados de las actividades realizadas y los planes de la organización. Además, explica que surge al calor de los nuevos tiempos y de la necesidad imperiosa de canalizar el entusiasmo desbordante de un pueblo que desea hacer patente su agradecimiento.
Así se fue conformando la actitud del trabajo revolucionario, como le llamó Fidel. Cuando el domingo 22 de noviembre de 1959, el comandante Ernesto Guevara convocó y organizó el trabajo voluntario en el Caney de las Mercedes, se le dio un mayor impulso a estas jornadas. Fue el Che, a partir de entonces, el que con la fuerza de su ejemplo lo extendió, defendió, argumentó y definió cuando dijo que “el trabajo voluntario no debe mirarse por la importancia económica que signifique en el día de hoy para el Estado, el trabajo voluntario fundamentalmente es el factor que desarrolla la conciencia de los trabajadores más que ningún otro”.
El propio Che Guevara nos enseñó: “La verdad histórica debe respetarse” y la historia, “ceñirse a la verdad como un dedo en un guante”.