Roberto M. López de Vivigo
Este lunes publicábamos en Trabajadores un comentario sobre lo que podía pasar previo al tercer choque entre Capitalinas y Sancti Spíritus en la final femenina de la Liga Superior de Baloncesto (LSB). A pesar del 2-0 en favor de las del centro del país, creíamos posible una victoria inicial del plantel azul que impidiera la escoba de las visitantes. Al final, sucedió la barrida y las lideradas por Marlene Cepeda, Yamara Amargo, Yoana Fernández, Enriqueta Neira, María Isabel Pérez y Eilen Guilbert, consiguieron el primer título en su historia.
La Sala Ramón Fonst, con más público del habitual, presionó, pero no pudo evitar la derrota de las locales 63-74. Esos 11 de diferencia salieron a relucir en el último cuarto, luego de una primera mitad 33-32 con las habaneras delante.
Las ausencias de Lisdeivis Martínez, Dairin Tornell y Edith Thompson resultaron a la postre un vacío imposible de llenar por jóvenes jugadoras de mucha menos experiencia y calidad. Si bien las espirituanas formaron un buen trabuco lleno de inspiración, con las tres que hoy militan en clubes bolivianos una pollona hubiera sido casi imposible.
Con la culminación de la LSB, comenzará ahora la preparación para los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, antes estará por medio el torneo clasificatorio en Surinam para el Centrobásquet y la Copa América del 2019.
Más allá de la rivalidad vista en los duelos semifinales y la discusión del título, para el próximo año se deberán televisar más partidos y evitar que cualquier plantel se desintegre en la etapa más importante del evento. Felicidades a Sancti Spíritus y ojalá sean reconocidas con todo lo que merecen en una fiesta que dure lo suficiente para que jugadores y aficionados disfruten uno de los oros más importantes en la historia de la provincia.
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