Líder natural. Guía de sus hermanos de clase cuyos intereses defendió frente a los explotadores. Proletario de cuerpo entero era Lázaro Peña González, cuya desaparición física hace cuatro décadas y cuatro años fue recordada en la mañana de este domingo con una peregrinación hasta su tumba en la Necrópolis de Colón, en La Habana.
Merecido homenaje tributó el movimiento sindical en un sencillo acto encabezado por Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y miembro del Buró Politico del Partido Comunista de Cuba, acompañado por Aila Peña Roche y Lázaro Peña Castellanos, hijos del inolvidable Capitán de la clase obrera.
Integrantes del secretariado ejecutivo de la CTC y dirigentes sindicales y trabajadores depositaron flores en solemne silencio ante el nicho que guarda sus restos en el panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde además fue colocada una ofrenda floral en nombre de los trabajadores cubanos.
“Lázaro, aquí estamos, unidos como fue siempre tu idea, padre fundador, comprometidos como estuviste tu hasta el último aliento”, expresó Daniel Fonte, funcionario de la esfera de propaganda de la CTC, con emotivas palabras de recordación.
En un día como hoy –subrayó- desde aquí te decimos ¡presente! al evocar orgullosos y hacer realidad la predica que siempre enarbolaste: “los sindicatos tienen que ser la Revolución”.
Lo haremos trabajando duro para lograr la sociedad próspera y sostenible que nos permita inscribir en la historia que la victoria será de todos con todos y para el bien de todos, concluyó Fonte.
Lázaro Peña González falleció en La Habana el 11 de marzo de 1974. Aleccionaba con su ejemplo de honradez y cumplimiento del trabajo, y destacó como obra mayor su liderazgo frente a la Central de Trabajadores de Cuba, otrora Confederación en 1939, de la cual también fue su fundador y electo entonces como secretario general.
En las honras fúnebres del destacado luchador proletario, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: «El Partido ha perdido un dirigente respetado y querido por las masas; el movimiento obrero cubano, su más esforzado paladín; la organización sindical mundial, uno de los cuadros más sabios, maduros, reconocidos y respetados; los trabajadores cubanos, un padre; la Revolución, un baluarte; la Patria, un hijo esclarecido».