Parte esencial del crecimiento en muchos ámbitos de Lizet Márquez Gómez lo atribuye hoy a sus experiencias en el Parlamento cubano: “Ser periodista y diputada me ha permitido tener una visión más amplia de los temas que habitualmente trabajo. He aprendido considerablemente de quienes me rodean durante esas jornadas e, incluso, he visto el crecimiento del propio órgano desde la comunicación”, asegura.
“Es una vivencia especial de la que me siento muy orgullosa. He podido formar parte de los debates más profundos sobre las más disímiles cuestiones, donde se analiza, con mucha vehemencia, cada tema que le preocupa a la sociedad, y tu opinión es tenida en cuenta. Allí conocí de primera mano los esfuerzos del país por el bienestar de la sociedad, lo cual es muestra de su valía.
“Creo que el modelo electoral en Cuba distingue porque el ciudadano común, de cualquier esfera social o sector, puede ocupar responsabilidades en los órganos del Poder Popular. Quienes lo asumen no reciben beneficios personales, ni retribuciones monetarias y, en cambio, asume como suyos los problemas de los demás para hacer todo lo que esté a su alcance por resolverlos y beneficiar a la mayoría”.
La confianza de Lizet en el sistema político socialista cubano la llevó con certeza a tomar un puesto en cada una de las sesiones de la Asamblea Nacional durante la pasada legislatura. Su compromiso para el futuro entonces invariable: “… sencillamente porque creemos en ese proyecto social, con todas sus luces, que son muchas más que sus sombras”.