El pueblo de Granma rindió tributo este martes a Carlos Manuel de Céspedes, quien es considerado el Padre de la Patria, en el monumento erigido en su honor en la Plaza de la Revolución de Bayamo al cumplirse 144 años de su muerte.
Guillermo García Frías, Comandante de la Revolución y Héroe de la República de Cuba, depositó, junto a Federico Hernández, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, una ofrenda floral ante la estatua del patricio bayamés que dio inicio a las luchas independentistas el 10 de octubre de 1868.
Aldo Daniel Naranjo, presidente de la Unión de Historiadores de Cuba en el oriental territorio, señaló que uno de los rasgos más sobresalientes de la proyección revolucionaria del primer Presidente de la República de Cuba en Armas, fue el trabajo permanente en favor de la unidad de todos los focos independentistas en la idea y la acción.
Al referirse a Carlos Manuel de Céspedes y su generación, aseguró que esos dignos amantes de la libertad lograron unir en un popular movimiento emancipador a las clases, sectores y fuerzas interesadas en crear un nuevo sistema de relaciones sociales en Cuba.
Céspedes era el hombre de la cultura y el progreso social, afirmó el historiador al rememorar las cualidades humanas y el sentido patriótico, que convirtieron al ilustre abogado bayamés en el Padre de todos los cubanos.
El historiador destacó que el independentista que se alzó en el ingenio La Demajagua en 1868, fue el artífice de la construcción del arte militar cubano, organizó el Ejército Libertador, implantó la dirección de la guerra y estableció los métodos para alcanzar la victoria y un régimen democrático, el más avanzado de la época.
En el acto de homenaje, efectuado cerca del Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, en la ciudad de Bayamo, participaron estudiantes de varios niveles de enseñanza, dirigentes de organizaciones de masas y miembros de la Asociación de Combatientes en el territorio.
El Padre de la Patria cayó en desigual combate contra las tropas españolas el 27 de febrero de 1874 en el poblado de San Lorenzo, en la Sierra Maestra, donde se había instalado tras su destitución como Presidente de la República de Cuba en Armas.
Con información de ACN
