Cientos de manos hacendosas se mueven ágiles y constantes sobre máquinas de coser, de donde nacen confecciones que luego identificarán a escolares, obreros, médicos y militares, decorarán instituciones o se ceñirán a los cuerpos de esbeltas modelos.
Tal faena caracteriza la cotidianidad de las cuatro fábricas que integran la unidad empresarial de base (UEB) Confecciones Yamarex, de Holguín, entidad que se ha diseñado, puntada a puntada, un camino de aciertos dentro de la industria ligera cubana, y este año obtuvo la sede nacional por el próximo 1.º de marzo, cuando se agasajará a los trabajadores del sector.
Carlos Suárez Batista, secretario general del Comité Provincial del Sindicato de Industrias en Holguín, subrayó que con esa selección se reconoce a un colectivo de 570 trabajadores que se distingue por un funcionamiento integral, eficiencia y calidad en los procesos productivos, responsabilidad y entusiasmo en el orden sindical, y un probado sentido de pertenencia.
Los méritos de la entidad holguinera, de la Empresa de Confecciones Textiles Boga, se demostraron con creces en el 2017 al sobrecumplirse los principales indicadores económicos, lo que se tradujo en la confección de más de un millón de unidades físicas y la obtención por ese concepto de 13 millones de pesos en moneda total.
De esa forma se le hizo frente con eficiencia a las demandas de confecciones destinadas a los mercados de Comercio y las cadenas de tiendas Cimex y TRD, así como de uniformes escolares, corporativos y militares, batas sanitarias y ropas de trabajo que solicitan los ministerios de Educación, Salud, Agricultura, del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
De acuerdo con Mercy Ochoa Hijuelos, directora de la UEB, esos resultados se debieron fundamentalmente a la estabilidad en el suministro de recursos. “Hemos logrado tener en nuestros almacenes las materias primas en tiempo, lo que nos permite organizar el trabajo y hacerlo con mayor eficiencia y, sobre todo, evitar, como solemos decir, que se ‘desangren’ nuestros continuos procesos productivos”, acotó.
La directiva, que funge también como coordinadora del Ministerio de Industrias en Holguín, resaltó que el sentido de pertenencia ha sido determinante en las cuatro fábricas, enclavadas en los municipios de Holguín, Antilla, Banes y Gibara, donde el 80 % del capital humano es del sexo femenino.
“Sin menospreciar a los hombres, estas mujeres son muy dedicadas, y tienen tantos valores y están tan identificadas con su labor que de ellas se logra mucho”, expresó la funcionaria, en quien habita un elevado espíritu de consagración.
Un recorrido por la fábrica Lidia Doce Sánchez, situada en la ciudad cabecera, corroboró la disposición de sus trabajadoras. La costurera Pura Cimarro, que permanece en el taller especializado de Prototipo, declaró: “Cada vez que hacemos una colección tenemos un reconocimiento. Me siento orgullosa cuando veo expuestos en ferias nacionales los vestidos que realizo. Llevo 17 años aquí porque disfruto lo que hago”. Igual plenitud siente la joven de 18 años Yanelis González Pérez, quien hace seis meses se desempeña como botonera: “Me siento satisfecha porque veo el fruto de mi trabajo. Mi familia está muy contenta y orgullosa porque me han visto coser desde pequeña. Quiero seguir aprendiendo cada costura y superarme constantemente”.
Pero además de la indiscutible abnegación de las féminas, la unidad entre los diferentes factores ha sido determinante para el desarrollo de Yamarex. Al decir de Guillermo Moreno Ávila, en quien recae el diseño de las diferentes confecciones, “nuestro secreto es la coordinación que tenemos como empresa. Contamos con un personal altamente calificado que funciona en equipo. Hemos logrado un gran engranaje”.
La organización impuesta en la UEB no solo garantiza un ritmo elevado de productividad y la calidad de las producciones, sino que le ha posibilitado al colectivo mantenerse en Perfeccionamiento Empresarial, obtener la Certificación del Sistema de Gestión de la Calidad y de Contabilidad Confiable y, principalmente, incrementar de manera paulatina el salario de los trabajadores, regido por la Resolución no. 6 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
A pesar de tener en sus talleres una tecnología obsoleta, Yamarex no detiene su recorrido exitoso dentro de la industria ligera. De acuerdo con Ochoa Hijuelos, este año hay buenos proyectos de cara al turismo, sector que en la provincia de Holguín tiene un desarrollo vertiginoso. “Este año pretendemos diseñar lencería para hoteles y disponemos de la materia prima necesaria”.
Agregó que “Yamarex tiene el reto de continuar trabajando, formando valores en los jóvenes e incentivar aún más el sentido de pertenencia por la organización. Sabemos que el país no tiene toda la materia prima que se necesita para la industria ligera, pero mientras tengamos una hebra de hilo y un pedazo de tejido estaremos buscando nuevos mercados y creando con calidad para satisfacer a nuestros clientes”.
Definitivamente, este colectivo laboral honra el nombre de Yamarex, que según la leyenda, fue un aborigen muy laborioso que habitó en la zona holguinera de Banes, capital arqueológica de Cuba.