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En proyectos: ¿el huevo o la gallina?

El arquitecto Jesús Lacera subrayó que los proyectos de inversión extranjera tienen que ser aprobados con las ideas conceptuales de la parte cubana, incluidas las normas. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

El trabajo del proyectista es el más importante en el proceso inversionista, porque la adecuada concepción y desarrollo de sus diseños son los que determinan la eficacia, la funcionalidad y la economía de lo que se construye, afirmó el arquitecto Jesús Lacera Linde, secretario ejecutivo del Frente de Proyectos.

Al resumir la asamblea en la que se analizaron los resultados del 2017 y las proyecciones de la Empresa de Proyectos No. 2 (Emproy 2) de La Habana para el actual año, el funcionario subrayó que ese concepto no siempre se entiende en la cadena de “actores” que intervienen en la ejecución de una obra, cuyo último eslabón ─no menos decisivo─, es el constructor.

Asimismo felicitó a la entidad por el sobrecumplimiento de sus indicadores productivos, lo cual denota eficiencia, respaldada por el amor de sus trabajadores a la profesión, el sentido de pertenencia y la conciencia de su papel en la sociedad.

Por eso los instó a que este año perfilen las estrategias para incrementar la cartera de clientes, dado que a fines del 2017, por decisión gubernamental, un grupo de sus especialistas  y equipamiento pasó a conformar otra entidad dirigida a atender los proyectos de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, que les ocupaba el 94,1 % de los servicios.

Esta empresa tiene que recuperar su mercado histórico de obras para el turismo, de la industria biotecnológica y la salud pública, pues mantiene su prestigio y profesionales y técnicos de probada valía, recalcó el secretario ejecutivo del Frente de Proyectos, que agrupa a profesionales de 45 empresas pertenecientes a 16 organismos de la administración central del Estado.

Para trabajar más y mejor

Un fructífero debate promovió el enjundioso informe presentado en la asamblea por la ingeniera Natacha Rumbau Castillo, directora adjunta de la Emproy 2.

El debate se centró en elementos que, según argumentaron, son claves para la efectividad en la labor que realizan. Es así que hablaron de problemas en la aplicación de los sistemas de pago, su incidencia en la calidad y fluctuación del personal, y aquellos que impiden una adecuada atención, desde inversiones dentro de la empresa hasta medidas organizativas.

Muy aplaudida fue la exposición del arquitecto César Rivero, con más de 30 años en la empresa, quien pidió poner freno a la tendencia de los inversionistas del programa del turismo de hacer múltiples cambios en los proyectos, que en ocasiones terminan por pedir la primera propuesta del proyectista.  Esto incide en la eficiencia, no en el costo porque el proyecto se ejecuta por contrato a precio cerrado, lo cual significa que los cambios no se cobran, resaltó.

Varias intervenciones resumieron el sentir generalizado de tener una atención diferenciada con los jóvenes adiestrados para motivar su permanencia una vez cumplido el período de prueba, la necesidad de que en Cuba se potencien los concursos y las licitaciones para elegir el mejor proyecto, así como la urgencia de mayor preparación en las nuevas tecnologías para incrementar la productividad y la calidad  en el diseño, denominadas CAD BIM.

Los más jóvenes se pronunciaron por aprovechar más el conocimiento de los especialistas experimentados y que se adopten medidas en la entidad que permitan aumentar la calificación sin depender de cursos o talleres, solo empleando de manera adecuada los sistemas que están a disposición en internet, dijo el ingeniero Rolando Adam, al frente del grupo de topografía de la empresa.

Las dificultades que confrontan con inversionistas negados a emplear las normas de ahorro energético y con tendencia a utilizar equipamiento que en ocasiones duplica el gasto permisible, promovió acuerdos y reflexiones. El Dr.C Luis  Esteban González Álvarez, director general de la Emproy 2, pidió tener comunicación inmediata de tamaña indisciplina, en tanto Lacera Linde subrayó que esa disposición es de estricto cumplimiento y así se ha comunicado a todos los organismos.

Este último respondió varias inquietudes relacionadas con la participación de empresas extranjeras en los proyectos, los cuales, puntualizó, tienen que ser aprobados con las ideas conceptuales de la parte cubana. Recalcó que no se pueden homologar y acreditar proyectos que no cumplan nuestras normas.

Acerca del sistema conocido por fast track, criticó que en vez de constituir una vía rápida de construcción ha derivado en una forma atropellada de hacerlo, pues constantemente se introducen cambios en los proyectos, con el consiguiente alargamiento de los planes e incremento de los costos e insuficiencias a la empresa porque tiene que hacer más proyectos. Ejemplificó que en el hotel Internacional de Varadero la Empai 8 ha tenido que realizar tantas modificaciones, que se hubiesen podido proyectar dos hoteles más.

Por último se enfatizó en un sempiterno dilema, el control de autor, distante por muchas razones de lo que debe constituir para que no derive en una autopsia del hecho constructivo.

 

 

 

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