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Out 27: Donde hubo pitcheo, no hubo Alazanes

Bryan Evans, abridor dominicano, del juego entre Alazanes de Granma, de Cuba, y Águilas Cibaeñas, de República Dominicana, en la 60 Serie del Caribe de béisbol, en el Estadio Panamericano de Jalisco, Guadalajara, México, el 5 febrero de 2018. Roberto Morejon/Periodico JIT INDER/rmr

Guadalajara.- El mérito del contrario siempre hay que reconocerlo y en el béisbol no por gusto se reitera que un lanzador es el 75 por ciento de una victoria, tal y como lo confirmó el derecho de origen estadounidense, Bryan Evans, guía del triunfo 7-1 de las Águilas Cibaeñas sobre los Alazanes de Granma en la cuarta jornada de la 60 Serie del Caribe de béisbol.

Con diez años de experiencia en triple y doble, la designación del mentor Lino Rivera se ajustó a lo que pretendía la dirección del equipo quisqueyano: silenciar al equipo cubano, lo cual consiguió con cinco hits, ocho ponches y una solitaria carrera en siete entradas de actuación, en las que solo utilizó 80 envíos.

Su desempeño comenzó a respirar aire triunfador bien temprano, pues sus compañeros rompieron el celofán del home en el mismo primer capítulo cuando Vladimir Baños regaló boleto a Junior Lake con dos outs y tras robo de base evitable Edwin Espinal soltó tubey remolcador al izquierdo.

La ventaja mínima se amplió para los dominicanos en el quinto, cuando se produjo el jonrón 1000 en Series del Caribe, salido del madero del propio Lake con Abiatal Avelino en segunda, ante el primer relevista cubano, Yoalkis Cruz. Su reemplazo, Yanier Rodríguez, sofocó la rebelión hasta que en el séptimo le pegaron con soltura y se infló el racimo en la pizarra hasta cuatro rayitas más, la última de ellas a la cuenta de Luis Ángel Gómez, demasiado noble también para la artillería cibaeña.

El silenciador puesto por Evans solo lo pudo vencer Roel Santos (4-3), incluido un cuadrangular enorme por el derecho, en tanto el resto de los siete indiscutibles lo dieron Yordan Manduley por el cuadro, Raúl González en el tercer inning, Carlos Benítez en el séptimo y Yurisbel Gracial en el noveno.

Con este éxito, las Águilas Cibaeñas lograron la clasificación directa a semifinales y de paso dejó sin opciones a los Tomateros de Culiacán, cuya única opción era una derrota de los quisqueyanos para aspirar a una sonrisa en el día conclusivo, fecha en la que se enfrentarán solo para definir los lugares del 1 al 4, pues tanto ellos como los Alazanes de Granma y los Criollos de Caguas (Puerto Rico) tienen balance de dos victorias y un fracaso. Los Caribes de Anzoategui descansarán con un balance final de dos y dos.

Moralejas del partido:

– Honor a quien honor merece. Evans dominó la ofensiva cubana con rectas duras cuando hacía falta, un cambio de velocidad desesperante y sobre todo mucho control en lo bajo. ¿Acaso no son esas herramientas básicas para un pítcher que aspire a triunfar en cualquier torneo de béisbol?

-Otra vez no cuidar bien los corredores por parte de los lanzadores cubanos costó la primera carrera del juego. En este caso fue Vladimir Baños

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