H. Pérez
Las expectativas con los púgiles antillanos son invariablemente altas. Hace ya seis décadas que el colectivo técnico encabezado por Alcides Sagarra, Sarbelio Fuentes y tantos avezados preparadores —quienes se nutrieron de la maestría de Andrei Cherbonenko, Vasili Romanov y el resto de los técnicos del campo socialista que nos ayudaron en esta y otras disciplinas atléticas— comenzó a tejer una historia de lujo la cual no deja de incorporar, cada temporada, nuevos capítulos.
De Enrique Regüeiferos, Roberto Caminero, Rolando Garbey, Orlandito Martínez, Emilio Correa y Teófilo Stevenson en la etapa inicial (los tres últimos ascendieron al olimpo en Múnich 1972) a la disertación dada meses atrás en el Campeonato Mundial de Hamburgo (con Jhoanys Argilagos, Yosvany Veitía, Andy Cruz, Julio César La Cruz y Erislandy Savón en lo más alto del podio) la hoja de servicios de los nuestros entre las cuerdas está preñada de ribetes de excelencia. Así de simple.
Esta vez la tropa que dirige Rolando Acebal —ya sabemos la nómina inscrita por los cafeteros no constituye el mejor medidor— hizo su trabajo con pulcritud y esto es suficiente para que vuelvan a prender las turbinas entre el respetable, que no desea menos que la corona en el epílogo del atractivo torneo boxístico.
El estreno de Damián Arce (49 kg) hace patente una idea de larga data: el que se impone en un Playa Girón tiene, por derecho propio, estamina para soñar en grande. Máxime si la sonrisa en el prestigioso evento doméstico se alcanzó al desbancar a un doble titular planetario como el camagüeyano Argilagos.
La reaparición por todo lo alto en estas lides de Robeisy Ramírez (56 kg) es de las noticias más halagüeñas. El cienfueguero, bicampeón olímpico en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, es un as cuando está totalmente enfocado sobre el ring. El yumurino Andy Cruz (64 kg) ratificó que hoy día es un cinchete, mientras que el guantanamero Arlen López parece que tiene todas sus armas disponibles, entre ellas la pegada fulminante que lo llevó al estrellato. Su coterráneo Erislandy Savón (91 kg) también liquidó las acciones antes de tiempo, desempeñó que cerró la velada perfecta para los anfitriones.
En París, en el Grupo B, los Gallos Peleadores de Francia vencieron 3-2 a los Corazones de León británicos, al tiempo que, en Florencia, los Truenos de Italia doblegaron con el mismo score a los Caballeros de Croacia, en ambos casos en el apartado C-1.
El próximo viernes 9 de febrero los Domadores acogerán en el coliseo de Vía Blanca y Boyeros, esta vez en el C-2, a los Tigres de Uzbekistán, lo que se antoja duelo de mayor exigencia, teniendo en cuenta el palmarés de los euroasiáticos.