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La casa de los Charros

Para quienes lo conocimos como estadio TELMEX de atletismo en los Juegos Panamericanos del 2011, la huella más impactante es haber cambiado en apenas tres años las perfectas carrileras por un diamante artificial de béisbol, sede desde esa fecha del equipo Charros de Jalisco tras su regreso a la liga invernal mexicana.

Será esta cómoda instalación, con capacidad ampliada a 16 mil personas, la elegida para acoger la 60 Serie del Caribe, jamás efectuada en la Perla Tapatía, segunda área urbana y tercer núcleo económico del país.

El recinto beisbolero es uno de los más modernos y extensos de México y Latinoamérica. La pantalla gigante aumentó un 25% para este torneo y se proyecta colocar una valla jonronera completamente digital para hacer más atractivo esos batazos, los cuales son abundantes, pese a que por los jardines derecho e izquierdo las medidas son de 335 pies y por el central se extiende   hasta 415. No obstante, los vuelacercas escasean bastante pues las medidas por los jardines derecho e izquierdo son de 335 pies, mientras por el central se extiende hasta 415.

El 30 por ciento de los boletos vendidos hasta este domingo fue adquirido por aficionados de ciudades del interior de México. Una quinta parte de las entradas la compraron ya seguidores de la disciplina en Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico y Dominicana, mientras que la mitad de las localidades existentes quedaron en manos de la familia deportiva de Guadalajara.

Aunque el conjunto anfitrión del estadio Panamericano, ubicado en Zapopan, no estará envuelto en el certamen, no son pocos los comentarios acerca de las múltiples comodidades que tendrán peloteros, árbitros, federativos, prensa y público, a tono con un espectáculo de primer nivel. “Habrá sorpresas en la ceremonia inaugural y durante el evento”, han dicho los organizadores. Y la tensión sube entre todos.

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