Juan es cochero, y aunque lleva unos cuantos años desempeñando esa labor, aún no cree que sea necesario afiliarse al sindicato. Sin embargo, en la provincia de Camagüey resulta cada vez más pequeño el número de los piensan como él.
“Luego de que se ampliaron las opciones para el trabajo por cuenta propia, comenzamos a atender de forma directa a las personas que se integraban en el sector, buena parte de las cuales no siempre comprendían la necesidad de esa forma de integración política”, aseguró Glennis Lluch Bonet, miembro del secretariado de la CTC en el territorio.
Los resultados están a la vista. La provincia llegó al cierre del 2017 con una afiliación del 85% entre los integrantes del llamado sector no estatal, registrando un incremento considerable respecto a años precedentes.
“La efectividad de la atención también ha influido en el cumplimiento de compromisos como el del Aporte a la Patria, o la vinculación de distintas secciones con instituciones sociales o en las tareas de recuperación luego del paso del huracán Irma.
“Hemos tratado de que los activos sean mucho más que simples espacios de orientación; también deben funcionar como escenarios de intercambio, para que nuestros trabajadores se sientan acompañados, con independencia de que integren una nómina estatal”, aseveró Lluch Bonet.
Con 468 secciones creadas durante el calendario recién concluido, los sindicatos camagüeyanos pretenden seguir sumando miembros entre quienes han adoptado alguna de las nuevas formas de gestión como camino para labrar su futuro. En definitiva, todos contribuyen a hacer sostenible y próspero nuestro socialismo.