Hace unos años lo afirmamos en este mismo sitio: el arquitecto Irán Millán Cuétara, director de las Oficina del Conservador de la ciudad de Cienfuegos y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, es muy respetado por sus conocimientos y también por su consagración al cuidado del tesoro patrimonial de la Perla del Sur.
Y ahora agregamos: un prestigioso jurado, presidido por el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, acaba de otorgarle el Premio Nacional de Patrimonio Cultural por la Obra de la Vida, motivo valedero para esta entrevista que concedió a Trabajadores.
¿Qué significa ese galardón en tu amplio currículo?
Todo reconocimiento juega un papel conclusivo de una etapa determinada; es como la validación del trabajo que hemos realizado. A veces son innecesarios los reconocimientos, pero estos existen y convivimos con ellos. Es algo que se logra o entrega cuando la obra ha tenido una trascendencia y llega a diferentes niveles y es reconocida primero por la población, protagonista y destinatario de nuestro ejercicio, y después por un jurado que prestigia ese otorgamiento.
Aprecio mucho cualquier estímulo, aunque no he trabajado para recibirlos. El de Hijo Ilustre de la Ciudad de Cienfuegos me hace sentir parte de esta patria chica a donde vine desde hace más de cincuenta años, y este Premio por la Obra de la Vida me llena de una gran alegría, pues son más de cuatro décadas dedicadas al quehacer patrimonial de esta elegante ciudad, acompañado por su gente y sus autoridades.
En una entrevista anterior señalaste que “el conocer de dónde venimos y que somos nos permite proyectarnos hacia el futuro con bases solidas”. ¿Pudieras ampliar esa aseveración?
El conocer nuestra historia e identificarnos con las raíces nos permite consolidar el basamento de toda acción presente para el futuro y evaluar las esencias de los fenómenos sociales, económicos y políticos de un territorio. Así podremos saber y detectar cuáles son sus fortalezas y el sentir de su población, sus sueños, reclamos y carencias. Solo de esta forma de pensar y soñar en grande puede edificarse un presente luminoso, continuador de las mejores tradiciones y valores heredados. Con todo ello estaremos en capacidad de vislumbrar un futuro racional y coherente y completar así este producto cultural por excelencia que es nuestra bella ciudad, con sus laboriosos habitantes.
¿Cómo valoras la labor de preservación y rescate patrimonial ejecutada en Cienfuegos? ¿Qué queda por lograr?
Lo realizado en el rescate patrimonial tiene sus antecedentes desde 1977. No obstante, se sistematiza a principios de la década del 90 del siglo pasado, en pleno período especial, cuando se logró una simbiosis entre los decisores, la población y la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos. De esa forma se implementó una política coherente y sistemática que trajo como resultado la declaración del Centro Histórico de Cienfuegos Monumento Nacional en 1995 y diez años después, o sea en el 2005, Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Unesco, máximos galardones culturales que puede recibir ciudad alguna.
La gran obra materializada es resultado de una voluntad política en el territorio y de la confianza depositada en nosotros. De esa forma se han logrado todos nuestros sueños y realizaciones.
Nos queda mucho por hacer, más que lo logrado, pues estamos en una etapa que nos permitirá seguir valorando aún más los tesoros que tenemos y las grandes potencialidades de Cienfuegos para su desarrollo económico, turístico, y sobre todo, cultural, coronado todo por el orgullo y el amor que sienten sus habitantes por su Perla del Sur.
El próximo año se celebrará el bicentenario (abril del 2019) de la fundación de Cienfuegos. ¿Qué proyecciones existen con motivo de ese acontecimiento?
Será una gran fiesta. Se diseñó el Plan Cienfuegos 200 desde hace varios años, el cual fue aprobado por la Asamblea Municipal del Poder Popular. Cada organismo tiene sus compromisos. La Oficina del Conservador de la Ciudad lo conduce y es evaluado cada semana por las máximas autoridades del territorio. Se concluyen obras que significan verdaderos regalos.
¿Qué es Cienfuegos para el arquitecto Irán Millán?
La novia de la cual estamos y seguiremos enamorados por siempre. Es mi razón profesional y familiar, es como la obra inacabada, en la que debemos entregar lo mejor de cada uno de nosotros. Lo merece por derecho propio. Siempre estaremos en deuda permanente con ella y su gente.
Cienfuegos es nuestro París, Venecia o Roma. Disfrutémosla y no perdamos la oportunidad de cuidarla y desarrollarla. Nos corresponde mostrar al mundo una Perla que ilumina a todos. Demostremos que la “cienfuegueridad” no es una mera palabra de orgullo, sino un compromiso con alma, corazón y vida.