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«La construcción es mi vida»

Muchas obras importantes en la provincia de Camagüey tienen la huella laboral de Jorge Rodríguez Blanco, quien acumula más de 50 años en el sector de la construcción.

Él fue uno de los homenajeados recientemente por el Sindicato Nacional (SNTC) en un acto solemne efectuado en la ciudad de Cienfuegos, en el cual le correspondió hablar en nombre de los que fueron reconocidos por su larga y destacada trayectoria. Sus palabras resultaron muy emotivas.

Instantes después respondió varias preguntas para Trabajadores.

¿Cuándo comenzó en la construcción?

En el año 1965, en el montaje de estructuras. Después he realizado diferentes labores. Participé en la construcción de la fábrica de cerveza Tínima, el Matadero de Aves, el Combinado Cárnico, la Pasteurizadora y en la edificación de viviendas en los municipios de Najasa, Jimaguayú…

Actualmente atiendo la Ciencia y la Técnica en la Empresa de Construcción y Montaje No. 2. Hemos logrado buenos resultados en el trabajo de los innovadores y racionalizadores, por lo que la Asociación Nacional que los agrupa (Anir) nos otorgó la condición de entidad destacada en 2016 y 2017.

El lastre mayor que tiene hoy la construcción es la mala calidad en la ejecución de las obras. ¿Qué opina al respecto?

Así es. En nuestra empresa estamos constantemente enfrentando ese problema. En los consejos de dirección se valora con regularidad, en presencia de los ejecutores y los técnicos. Todavía no alcanzamos el nivel requerido, pero la atención se ha intensificado. Los constructores tenemos que pensar mucho en que la calidad debe ser óptima siempre. También los inversionistas tienen que exigir más.

¿Qué consideración le merece la fluctuación de la fuerza laboral en el sector?

Ha tenido varias etapas. Ahora hay algo que la estimula mucho: las cooperativas no agropecuarias, las que pagan más. Los trabajadores cambian en busca de mejoras. Hoy puede verse a muchos jóvenes trabajando como operarios, ayudantes…, sobre todo en los trabajos de recuperación en los municipios más afectados por el paso del huracán Irma en el norte de Camagüey.

Pero todavía no tienen la atención que ellos se merecen y necesitan. Hay que darles más oportunidades. En la empresa funciona un comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y una Brigada Técnica Juvenil (BTJ). La juventud es el relevo, es la que tiene el futuro en sus manos.

¿Qué significa la construcción para usted?

Comencé voluntariamente. El Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Sindicato hicieron un llamado para formar un continente y me incorporé con el compromiso de estar un año y aún permanezco en el sector. La construcción es mi vida.

¿Y hasta cuándo estará trabajando?

Ya tengo 81 años. Estaré hasta que en mi empresa quieran. Me siento bien, con lucidez y muy motivado.

Participé en el XVI, XVII y XVIII Congresos de la CTC. En este último tuve la posibilidad de estar presente en un aparte que hizo el Comandante en Jefe con un grupo de delegados. Allí le aseguré que me jubilaría cuando él lo hiciera. Y como nunca lo hizo, yo tampoco lo haré.

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