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Presencia del Programa Mundial de Alimentos en Cuba

Yordanka Fonseca Quevedo, monitora del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) en Las Tunas.
Yordanka Fonseca Quevedo, monitora del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) en Las Tunas.

En estrecha colaboración con las autoridades locales, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas afianza su presencia en Cuba, donde presta asistencia que, entre otros propósitos, contribuye a mitigar los efectos del cambio climático y al mejoramiento de las condiciones de vida de sectores vulnerables de la población.

En diálogo con la prensa, la Licenciada en Derecho Yordanka Fonseca Quevedo, monitora del PMA en Las Tunas, recordó que esta Agencia actualmente desarrolla en las cinco provincias orientales, Pinar del Río y Matanzas, el Programa de País PMA-Cuba 2015-2018 que ayuda a la producción alimentaria, dirigido a la red de protección social, los grupos vulnerables, mujeres embarazadas, niños y ancianos.

La entusiasta joven explicó que, además, están trabajando en la resiliencia de las comunidades ante el cambio climático y en el fortalecimiento del sistema de alerta temprana frente a la sequía.

Enfatizó que en Santiago de Cuba, también, atienden lo relativo a los terremotos, y en Matanzas y Pinar del Río, el enfrentamiento a los huracanes, en correspondencia con las amenazas de estos fenómenos naturales en esas zonas del país.

La monitora del PMA en este territorio del oriente cubano, situado a unos 700 kilómetros de La Habana, detalló pormenores de cada una de las vertientes de esta colaboración aquí, y su importancia teniendo en cuenta los efectos de intensas y prolongadas sequía –es la comarca de más bajo promedio histórico anual de precipitaciones en la nación con solo mil 38 milímetros— y la degradación de sus suelos.

Al respecto aseguró que entregan alimentos a las llamadas casas de abuelos, los hogares maternos y los de ancianos; a los círculos infantiles, escuelas primarias internas y seminternas, y al Sistema de Atención a la Familia (SAF), una red de establecimientos que facilita alimentación a los ancianos que viven solos y a otras personas necesitadas.

Confirmó que esa línea de acción se concreta en cinco de los ocho municipios tuneros: Manatí, Majibacoa, Amancio, Jobabo y la capital provincial, porque en esos lugares es donde hay mayor incidencia de la anemia en los citados grupos vulnerables.

Los equipos donados por el PMA contribuirán a la producción de frijoles y de otros alimentos agrícolas. Foto: Raúl Estrada Zamora

Y abundó que suministran víveres a ese sector poblacional, y, también, mediante los consultorios del médico y la enfermera de la familia, en estos momentos hacen llegar un micronutriente en polvo, llamado Chispita para crecer, a los niños de seis a 11 meses, con el fin de prevenir la anemia por insuficiencia de hierro en esa temprana edad.

Destacó que con la entrega de arroz y frijoles a los hogares maternos y a las otras instituciones mencionadas contribuyen a que el Gobierno sustituya importaciones y ahorre recursos que pueda dedicar a satisfacer necesidades en otros sectores sociales.

Remarcó que en relación con el sistema de alerta temprana frente a la sequía, el PMA labora conjuntamente con otros organismos e instituciones como el Centro Provincial de Meteorología, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, la Defensa Civil, los centros de gestión del gobierno para la reducción de riesgos y los grupos encargados de hacer los estudios sobre la sequía.

Reafirmó como intención fundamental  la colaboración  que busca garantizar la seguridad alimentaria de la población, y “se trabaja para que sistemáticamente los estudios se incluyan en un parte informativo que permita a los productores conocer el pronóstico de la situación meteorológica de su territorio, el estado de la sequía allí, cómo actuar en tales circunstancias, cuáles cultivos deben sembrarse en ese momento y otras valiosas orientaciones”.

En ese sentido  insistió en que en Manatí y Jesús Menéndez trabajan en varias comunidades para lograr la resiliencia de la población, que “es, dijo, si de seres humanos se trata, estimular la capacidad de enfrentarse a un fenómeno adverso, contrarrestarlo y salir de él más fortalecido”.

Yordanka afirmó que el PMA en Las Tunas prioriza, igualmente, la producción alimentaria en los municipios de Amancio y Manatí, los cuales reciben apoyo para incrementar, específicamente, la producción de frijol, por  lo que se les han entregado tractores e implementos agrícolas nuevos, además de otros medios, “son recursos que contribuirán a elevar la disponibilidad de alimentos en general, pues al concluir cada campaña de siembra de ese grano, se emplean en cualquier otro cultivo”, sentenció.

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