Ese dinero, que de forma voluntaria y consciente entregan los trabajadores, contribuye a sufragar parte de los gastos de la preparación para la defensa territorial y movilizaciones de la Defensa Civil ante el inminente azote de fenómenos naturales
Desconocimientos y violaciones de lo aprobado para la contribución voluntaria denominada hoy Mi aporte a la Patria, en lo individual y lo colectivo, han generado múltiples aclaraciones publicadas en esta sección. Ahora añadimos una síntesis de la amplia respuesta que, sobre el origen y destino de lo recaudado por ese concepto, recibió Armando Martí Peña, secretario general de la sección sindical de la unidad empresarial de base de Automatización en la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, en Holguín.
El texto, firmado por Neala Santana Betancourt, jefa del Departamento de Organización de la CTC, resalta que el antecedente histórico de tal aportación está en una idea formulada por José Martí, quien, al frente del Partido Revolucionario Cubano, planteó a los emigrados radicados fundamentalmente en Tampa, Cayo Hueso y la Florida, la necesidad de tributar un día de haber de sus salarios para adquirir pertrechos de guerra. Así se instituyó el Día de la Patria, el 6 de diciembre de 1892.
Las cuotas contribuyeron —precisa la funcionaria— a la compra de armas, la preparación de expediciones, la creación y sostenimiento de las publicaciones de propaganda revolucionaria y de ayuda a los familiares de los patriotas que permanecían en Cuba.
Apoyo a las MTT
La situación generada en 1980 con el triunfo en las elecciones de Estados Unidos de la derecha ultraconservadora y sus proyecciones anticubanas —explica— hizo que el movimiento sindical en Cuba enarbolara la consigna de Producción y Defensa, y apoyara las nuevas Milicias de Tropas Territoriales (MTT), creadas dentro de la concepción estratégica de La Guerra de Todo el Pueblo. Como parte de ese respaldo dio calor asimismo a la propuesta de un miliciano pinareño perteneciente al regimiento de las MTT, delegado al II Congreso del Partido: que los trabajadores donaran un día de haber para la defensa del país.
La incidencia de tal iniciativa en la labor político ideológica mantiene el tema entre los análisis de los congresos de la CTC. En el XVII, celebrado en 1996, se acordó denominar esa contribución como Aporte al Día de la Patria.
Precisa Santana Betancourt que esa donación consciente no solo compete a los trabajadores, sino además a los miembros de las organizaciones políticas y de masas. El dinero recaudado cada año por ese concepto supera los 50 millones de pesos, y es entregado por la dirección nacional de la CTC al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que, en un acontecimiento inédito en el mundo, rinde cuenta de su gestión ante el consejo nacional de la organización sindical.
Se reconoce que tal cifra ha sido de vital importancia a fin de sufragar parte de los gastos de la preparación para la defensa territorial, la realización de ejercicios militares, entre estos la tarea Caguairán, y movilizaciones de la Defensa Civil ante inminentes azotes de fenómenos hidrometeorológicos.
Pensar como nación
Uno de los objetivos aprobados en el XX Congreso de la CTC, celebrado del 20 al 23 de febrero del 2014, se relacionó con la necesidad de actualizar la política para tal contribución, lo cual fue efectivo a partir del 2016, incluido el cambio de designación por el de Mi Aporte a la Patria, en tanto permite que se realice a partir de la cantidad y fecha que fije el trabajador dentro del año.
Aclara que si la persona ya cumplió su acuerdo y desea continuar aportando, puede hacerlo, y en cada ocasión recibirá un bono donde se consigne el valor entregado.
Igualmente que la asamblea de afiliados y de trabajadores es la que aprueba el monto total de todos los compromisos individuales. “No se establecen etapas de cumplimiento a nombre del colectivo”, subraya.
Su explicación resulta de notable valía por estos días, cuando en las secciones sindicales se confeccionan los modelos donde quedará reflejado el aporte de los afiliados, “con el cual no contribuimos a la guerra, sino que sufragamos la defensa de la tranquilidad, la paz y la justicia. Es una modesta forma de pensar como nación”, destaca la funcionaria.