Apenas un minuto y 14 segundos necesitó Jhoen Lefont para implantar, nuevamente, una marca mundial de dominio del balón en el recién restaurado complejo de piscinas Baraguá.
El reto consistía en nadar, de espalda, 50 metros con la esférica en equilibrio sobre su cabeza en el menor tiempo posible –modalidad inédita– y ni el retraso en el inicio de la actividad, ni las bajas temperaturas del agua lo impidieron.
“Estuve entrenando en estos días teniendo en cuenta la frialdad, pero me concentré y vine listo psicológicamente para establecer el registro”, comentó.
Lefont destrozó el minuto y 20 segundos que se había propuesto después de meses de preparación y aun así reconoció que la primera mitad del trayecto fue “un poco lenta”.
El delfín, apodo que se ha ganado el matancero, se vio impulsado hacer gala de su excelente dominio, pues al final del recorrido la tensión eclipsó el lugar cuando la redonda estuvo a punto de caer al agua. “Estas cosas suceden. Tenía ansias de llegar y casi lo pierdo, pero logré salvarla, que es lo importante”, dijo el recordista mundial y Guinness.
“Estamos tratando de extrapolar las formas de dominar en tierra a la piscina y por eso intentamos este evento. Para realizarlo se requiere de mucha concentración y equilibrio, además del fortalecimiento de la zona cervical, los brazos y las piernas”, expresó el expolista, quien añadió que el próximo año intentará superar sus 1513 contactos, en la modalidad de más toques al balón dentro de una piscina.
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