Por Gabino Manguela Díaz y Leydis Luisa Hernández Mitjans
El transporte público es de los grandes problemas que se arrastran en el país desde hace décadas y que siempre ha requerido, en aras de una mejoría sustancial, inversiones millonarias, control, disciplina, mucho esfuerzo e inteligencia. Y es la Empresa Ómnibus Nacionales (EON) un referente obligado para valorar la situación del transporte masivo en el país.
A partir del 2015 (EON) intensificó la reposición de su parque y, desde entonces, su dotación creció en 260 nuevos carros, cantidad significativa, pero insuficiente, pues actualmente no pocos presentan evidente deterioro por el paso de los años y la sobreexplotación.
Sin embargo, más allá de las cifras, la estancia en diferentes terminales y el recorrido por determinados itinerarios destapan fisuras de un servicio que invariablemente debe continuar perfeccionándose.
Los retrasos en las salidas; las demoras en los trasbordos; las grandes indisciplinas de algunos choferes, entre ellas las paradas indebidas y la transportación de pasajeros de pie, son de las insatisfacciones más frecuentes.
“Hoy tenemos 132 rutas que interconectan las cabeceras provinciales y no pocos municipios. Determinamos que los itinerarios muy distantes sean realizados por los carros en mejores condiciones, y comenzaremos a aplicar en fin de año un novedoso sistema para esos trayectos, lo que nos asegurará una mejor explotación del parque”, subrayó el directivo.
No obstante, la experiencia de algunos pasajeros parece contradecir la normativa de utilización de los mejores vehículos. Mary Ortega García viajó este mes por la ruta Habana-Pilón y viceversa. “El viaje de ida fue muy bueno, pero del retorno no puedo decir lo mismo. La guagua era muy vieja, no tenía televisor, el frío resultaba insoportable, el chofer paraba cada cinco minutos sin previo aviso; a lo que se suma la terminal de Pilón, que estaba cerrada por los carnavales”.
A todas luces las fiestas locales eran más importantes que ofrecer un servicio de calidad a los clientes. Y, para colmo de males, el tormento fue aún mayor, porque era una noche de lluvia.
Lo que debiera ser, lo que es y otros demonios
Según Ramos Miranda, un ómnibus puede prestar servicio siempre que cuente con el portaequipaje, los asientos reclinables y el aire acondicionado. Precisó que “algunos tienen baño o televisor, pero esos no son requisitos imprescindibles para que circulen”.
Sobre la climatización dijo que está normado que la temperatura oscile entre los 20 y 24 grados, aunque reconoció que muchas veces los choferes no cumplen con esta y otras regulaciones, lo que perjudica grandemente al pasajero.
Con claridad el directivo sentenció: “El principal problema que tiene por resolver Ómnibus Nacionales es la disciplina, recuperar los valores que se han perdido entre todos los que aquí trabajamos”.
Al respecto, Reinel Sánchez, del secretariado del Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte y Puertos, manifestó que los choferes de esa empresa son la cara del transporte en el país, y reconoció que en franca proporción con los desórdenes que prevalecen, esa entidad ha realizado múltiples procesos para fortalecer el orden. “Pero el servicio todavía genera insatisfacciones, pues, entre otras razones, el aparato de inspectores pudiera ser mejor”.
Resulta evidente que contra las acciones indebidas se deberá anteponer un sistema disciplinario equilibrado y armonizado con una esmerada atención a las condiciones de labor y al ingreso salarial de los trabajadores. Tal análisis deberá ser continuo, permanente.
Otro punto de vista
Al cierre de septiembre EON contaba con mil 475 choferes, cuyo salario medio fluctúa alrededor de los mil pesos, detalló el director general, quien especificó, además, que la empresa tiene contratadas más de 100 habitaciones de la cadena Isla Azul en casi todas las provincias para el descanso de los choferes.
En ciertos destinos la situación se torna complicada, aseguran algunas tripulaciones. Juan Carlos Ramos, conductor de EON hace 13 años, es enfático: “En Baracoa me quedo en una casa de renta. Me dan 140 pesos de dieta por dos días de estancia allí, pero el alquiler es de 200, por lo que tengo que poner 60 de mi bolsillo”.
Para Claudio Pérez Suárez, quien realiza los viajes a Chambas y Caibarién, la alimentación es un difícil escollo. “No dormimos en esos destinos, pero debemos almorzar en uno de los Conejitos, y ahí las ofertas no son de calidad; en Caibarién tenemos que agenciarnos dónde comer, pues no hay un espacio asignado”.
Otra es la historia para Boris Lazo, chofer de Transtur desde hace 14 años. Brinda su servicio en moneda libremente convertible y cuando realiza el viaje de retorno, si no tiene pasaje, va a las terminales para transportar personal a un mismo costo que los ómnibus nacionales, pero su principal preocupación gira en torno a los autos privados que ofrecen servicio a los extranjeros y literalmente les roban el cliente.
“Considero que el trato que brindan no es el mejor y ni siquiera les garantizan una seguridad adecuada. Sugiero limitar el uso de esos carros y crear los mecanismos para que el turista compre el pasaje en la agencia; así nuestro transporte circularía siempre lleno”.
Por cada chofer hay múltiples vivencias, unas más entendibles que otras, pero es obvio que cualquier esfuerzo por optimizar las condiciones de los trabaja- dores nunca será suficiente, como tampoco aquel que se realice para un mayor confort del viajero.
Las terminales…
En estos momentos la Terminal Central, ubicada en La Habana, se encuentra en un proceso de reparación que debe finalizar en el año 2019, como parte de los festejos por el aniversario 500 de la ciudad.
Sin embargo, fuera de las fronteras capitalinas se oscurece un tanto el panorama, especialmente en Pinar del Río, Cienfuegos, Matanzas y Bayamo, las unidades empresariales de base (UEB) más deprimidas.
De hecho, el director de la UEB Ómnibus Nacionales Granma, Alberto Ferral Reina, explicó a Lianet Suárez, corresponsal de Trabajadores allí, que “el mayor inconveniente del inmueble es su dimensión, que limita el número de clientes dentro de este”. A ello se une, además, el calor reinante en el lugar.
Por otra parte, aún con la estabilidad del sistema de transporte nacional por ómnibus en Cienfuegos, hoy esa provincia cuenta con equipos envejecidos y carece de los accesorios indispensables para mantener una alta disponibilidad técnica de las guaguas Yutong, según comprobó Ramón Barreras, nuestro reportero en el territorio.
Aún muchas expectativas insatisfechas
Alrededor de 10 millones de pasajeros viajan anualmente por la EON, una alta cifra que no creemos se deba a la calidad o no del servicio, pues bajo cualquier condición prevalece en las personas la necesidad de viajar.
Hoy resulta imposible negar las mejoras del servicio en EON, pero incluso con medidas favorables, como traer a la Terminal Central los servicios de listas de espera que antes se brindaban en lugares distantes, la digitalización de la venta de boletines y los diversos trabajos organizativos y constructivos para mejorar la infraestructura del local, todavía muchas expectativas están insatisfechas y el transporte interprovincial provoca más de un dolor de cabeza, sobre todo en fechas señaladas, cuando crece sensiblemente la demanda.