Desde el pasado 4 de diciembre a la fecha cerca de 600 mil personas han acudido al cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba, para rendir homenaje a Fidel Castro Ruz ante el monolito que guarda sus cenizas.
De esa cifra, unas 125 mil han llegado procedentes de más de 100 naciones, mayoritariamente de Alemania, España, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos.
El camposanto de la Ciudad Héroe, Monumento Nacional, recibe un promedio diario de 2 mil visitantes que van hasta la piedra que cobija los restos mortales del líder histórico de la Revolución cubana para con un gesto, una flor u otras ofrendas agradecerle su ya imperecedera vida, obra y legado.
Según precisiones de Yudis García Delis, administradora de la necrópolis patrimonial, muchos dejan un recuerdo personal en honor al Comandante en Jefe. Banderas, sellos, cartas, postales, poemas, discos, libros… se atesoran en la institución, devenida museo a cielo abierto y encumbrado retablo patrio al resguardar el descanso eterno de mujeres y hombres que han marcado nuestra historia: José Martí, Carlos Manuel de Céspedes, Perucho Figueredo, Mariana Grajales, José Maceo, Guillermón Moncada, Flor Crombet, Melba Hernández, Haydée Santamaría, Frank y Josué País, entre otros muchos.
En las afueras de Santa Ifigenia se han creado condiciones para que nacionales y extranjeros puedan adquirir flores, preferentemente rosas rojas, y ofrendarlas al hombre paradigma de revolucionario, así como al Héroe Nacional, a la Madre y al Padre de la patria, cuyas tumbas se alinean cercanas a la piedra funeraria, en el área frontal de la necrópolis santiaguera, cual simbólico altar mayor de la nación cubana.