Quienes hayan asistido al XXX Festival de Música Contemporánea de La Habana, del 11 al 19 de noviembre, pudieran dar fe de la impronta con que los jóvenes protagonizaron las jornadas de presentaciones en diversos sitios de la capital.
En la mañana de ayer tuvo lugar el concierto de clausura en la sala Ignacio Cervantes, donde se interpretaron obras de los reconocidos compositores Edgardo Martin, César Pérez Sentenat, Héctor Angulo y Amadeo Roldán, entre otros virtuosos.
Hubo tiempo para fusionar todo tipo de sonoridades. La sala Manuel Galich de Casa de las Américas acogió un concierto de música electroacústica, como parte del evento. Momento memorable fue también el del guitarrista italiano Antonio Forcione, quien impresionó en el Museo Nacional de Bellas Artes por su destreza al tocar el instrumento. Asimismo en la sede del Teatro Lírico Nacional, institución que precisa de una remodelación del lugar, estuvieron el dúo A Piacere, el violinista Jorge Enrique Amado, la pianista Gabriela Pineda y la flautista Luna Tinoco Alarcón.
Ellos demostraron la capacidad de las melodías para remover pasiones ocultas. Ocurrieron además varios estrenos mundiales. La suite de danzas (2017), de Alberto Rosas convidó a gran cantidad de espectadores en la Casa del Alba Cultural, el segundo día del Festival. Esta edición les rinde homenaje al aniversario 75 del Grupo de Renovación Musical y sus fundadores, figuras indispensables de nuestro catálogo nacional.
Harold Gramatges, Carlos Fariñas e Hilario González son algunas de las personalidades que formaron parte del proyecto. Es meritorio destacar la labor del maestro Guido López- Gavilán en la permanencia y el éxito de esta cita con lo más novedoso de la música contemporánea.
