Tal parece que el helado del Coppelia Polo Norte, de Sagua la Grande, provincia de Villa Clara, tiene que venir de esa remota geografía. Hace más de 10 meses que sus trabajadores están en pausa porque el producto estrella no llega.
Así nos lo hizo saber Julia Hernández Ortiz, en representación de ese colectivo que pertenece a la Empresa de Comercio y Gastronomía Municipal.
Según les dijeron, la interrupción en el suministro se debía a “cuestiones de la Empresa de Productos Lácteos de Sagua, la cual ha seguido produciendo de todo, menos helado”, asegura.
En una reunión efectuada en septiembre del 2016 —donde participaron Félix Aldana, subdirector de Recursos Humanos y Maribel, la funcionaria que los atiende por la CTC municipal— les comunicaron que responderían sus planteamientos, pero no fue así.
Los trabajadores ofrecieron alternativas como hacer batidos y jugos de frutas con sus propios equipos electrodomésticos para mantener la unidad en funcionamiento. Cuestionaron el cierre de una de las dulcerías del centro, de gran prestigio por la calidad, y la venta en otros establecimientos, de productos lácteos que podrían comercializar ellos, como el yogur.
Además, en la carta refieren que en la entidad provincial existe una sorbetera destinada para el Coppelia, y desconocen por qué no les ha llegado.
Lamentablemente, ante la falta del producto líder, la solución fue mantener la heladería cerrada y reubicar al personal en las pocas unidades con que cuenta el sector. Quienes no pudieron acogerse a esta opción tuvieron que pedir licencia sin sueldo. “Estamos botados, sin apoyo del sindicato ni del municipio”, recalca la misiva.
Tan triste como la citada situación laboral resulta que la medida se adopta después de que en la cremería se invirtieron gran cantidad de recursos en reparaciones y un mobiliario carísimo, por eso su cierre es incomprensible para el colectivo, que en pleno, incluida la administración, firmó una carta de inconformidad, concluye Julia.
Pese a la situación actual confiamos en que las autoridades pertinentes revaloren el caso, para que la Polo Norte vuelva a abrir sus puertas sin necesidad de que los recursos vengan de uno de los extremos del planeta.
