Por Julio Miguel Migueles
Poderlo ver todavía rodeado de niños vestidos de ropa deportiva rumbo a la sala techada, pareciera despertar la curiosidad y la atención de muchas personas que a su paso murmullan con asombro ¿Pero el profe Coro todavía da clases? Y es que a pesar de estar retirado desde hace varios años, ante la necesidad de profesores de Educación Física lo convencieron para que regresara a la profesión que siempre más le gustó ¨Educar¨.
Como una carrera de 400 metros planos entre la velocidad y la resistencia ha transcurrido la vida de Rubén Cuesta Rodriguez ¨Corito¨ quién nació el 1 de marzo de 1943 en la calle Aranguren del municipio Cruces producto de la unión entre Juana Maria Rodriguez Sauri y Herminio Cuesta Abreu en pleno apogeo de la segunda guerra mundial, el mismo dia en que la Real fuerza aérea británica bombardeaba las líneas de ferrocarril europeas para contener el paso de las tropas nazis hacia las islas. Durante mucho tiempo fue el responsable de los mayores éxitos del atletismo local y aunque eso forme parte del recuerdo de algunos, la historia no miente y tampoco permite pasar por alto acontecimientos de este tipo.
Con 74 años de edad y ligeros problemas de visión, todavía posee una memoria exquisita, capaz de reconocer personajes de fotos antiguas, debatir temas deportivos en peñas callejeras y hasta polemizar con los más jóvenes sobre cuestiones actuales. Todos lo reconocen como Coro o Corito, el mote viene de antaño cuando a su abuelo paterno Arturo Cuesta trabajador de los ferrocarriles lo apodaron así. En su juventud practicó Voleibol, Béisbol y Atletismo donde participó en competencias regionales representando a Las Villas bajo la guía de Pulio Calderón primero y Heriberto Fernández más tarde. Una lesión en el tobillo derecho lo apartó de las pistas en 1966 con aceptables registros de 11.00 segundos en 100 m y de 22,08 en los 200 metros. Calles y solares se convirtieron en pistas improvisadas por donde giró su dia a dia junto a variados implementos deportivos pero sobre todo de decenas de atletas a los cuales se encargó de mostrarles su condición más humana y sus inagotables conocimientos prácticos, aunque también tuvo tiempo de realizar otras faenas que lo igualan con los mejores tras formar parte de las brigadas Conrado Benítez como alfabetizador, integrar el contingente al primer llamado del servicio militar, además de ser fundador del Inder.
Tal vez conociera poco de planes y programas de entrenamiento, objetivos pedagógicos o etapas deportivas, lo real es que la historia del atletismo crucense aunque le cueste aceptarlo y parezca un poco exagerado para él, está ligada a su figura tanto como deportista como de entrenador. Desde 1967 y por 40 años asumió las riendas de este deporte y por sus manos pasaron figuras de la talla de Juan Felipe Ortiz medallista de oro en salto largo en los juegos Centroamericanos y del Caribe de Ciudad México 1990 y bronceado en los Panamericanos de Caracas 1983, Luisa Dorticós ex recordista nacional en lanzamiento del disco, Javier Tartabull atleta con discapacidad, medallista en olimpiadas especiales internacionales, entre muchos otros.
Resistido a recibir reconocimientos y condecoraciones comenta haber sido muy feliz el dia que cobro su primer salario. Eran 48 pesos, una cifra muy modesta para estos tiempos pero que tuvo gran impacto en su vida futura. Refugiado en el anonimato y la seguridad que le ofrece el hogar, su compañera y sus amigos, no cambia su rutina por nada del mundo, aunque piensa que pudo haber aportado más, las oportunidades no fueron muchas. Agradece a sus padres por haberle dado la posibilidad de estudiar, trabajar y hacer lo que siempre soñó.