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Camilo, del pueblo y para el pueblo

 

Desde  su hogar  nacieron las virtudes con las que caló muy profundo en el corazón de todos los cubanos. Así era Camilo Cienfuegos Gorriarán, el legendario Comandante rebelde que escribió páginas de gloria en la última etapa de la lucha insurreccional en Cuba, no como un héroe idealizado, sino como el hombre real, de carne y hueso, de principios solidarios, humanos y de incondicional lealtad a la Patria y a la Revolución Cubana.

Un 28 de octubre, hace 58 años,  desapareció en un anochecer tormentoso cuando junto a otros compañeros el pequeño avión bimotor en que retornaba a La Habana, desde la provincia de Camagüey, en el oriente del país, sucumbió sobre el mar sin dejar indicios.  Había cumplido su última misión luego de desarticular una artimaña traidora que pretendía crear una quinta columna en la unidad del naciente proceso revolucionario en la Isla.

Joven de ideas emancipadoras,  humilde trabajador de una sastrería, emigrado en Estados Unidos en busca de mejor sustento económico para ayudar a su familia, hombre de sangre jacobina frente a la tiranía imperante en su patria, bisoño soldado en la expedición del yate Granma para emprender la lucha armada en Cuba,  sagaz guerrillero en las montañas y en el llano.

Sus altos valores patrióticos le hicieron merecedor de la absoluta confianza del Comandante en Jefe Fidel Castro. Como afirmara Ernesto Che Guevara, otro héroe de aquella gesta, “No ha habido en esta guerra de liberación un soldado comparable a Camilo”. Ambos compartieron con éxito la misión de llevar sus respectivas columnas invasoras hasta el centro del país, hostigados por el hambre, el frío y sorteando incontables veces el asedio de un enemigo equipado con el mejor armamento de la época, suministrado por Estados Unidos.

Con el triunfo de la Revolución Cubana, el primero de enero de 1959,  Camilo es nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, al que calificó como “el pueblo uniformado”

Organizó un proceso de alfabetización, preparación política y cultural en las nuevas instituciones militares del país. La exigencia de que todo miembro de los cuerpos armados estudiara se hizo tan perentoria que Camilo la estableció como un requerimiento ineludible para ingresar en sus filas.

Toda su acción estuvo encaminada a consolidar la alianza entre obreros y campesinos, a la unidad de todos los revolucionarios y a desenmascarar públicamente a traidores y conspiradores que dentro y fuera de Cuba le hacían el juego al imperialismo yanqui.

Así era el Señor de la Vanguardia cuyo raudo paso por la vida en sus apenas 27 años de edad, dejó la huella de ser útil y fiel a su Revolución. Ese es el hombre que toda Cuba evoca cada 28 de octubre.

En tan significativa ocasión, recordamos las palabras del presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz. “En Camilo se personifican las más elevadas cualidades del carácter nacional cubano, las más altas virtudes del combatiente revolucionario, de los méritos y las condiciones personales que convierten al luchador en un militante y al militante en un dirigente”.

Foto: Agustín Borrego Torres

 

Foto: Agustín Borrego Torres

 

Foto: Agustín Borrego Torres

 

Foto: Agustín Borrego Torres
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