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Un espacio necesario y que se mantiene

Una vez más Camagüey se torna un hervidero de crítica de arte, una cuna de hacedores de la cultura y edita, como es costumbre cada dos años, una nueva edición del Salón de Artes Visuales Fidelio Ponce de León, dedicado, esta vez, al aniversario 50 de la enseñanza artística en Camagüey. 

La muestra colateral que se expone en la Galería Midas enamoró al público camagüeyano. Foto: Leandro Armando Pérez Pérez

“Esta es una cita que no se mantiene solo por la tradición o la costumbre. Es un encuentro que responde a la necesidad. Y es necesario por la historia del Camagüey, por la cantidad de artistas con que cuenta el territorio y por la buena calidad y multiplicidad de sus creaciones”, asegura Lianny Montalván Salazar, presidenta del  Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP)

En el evento, auspiciado por el CPAP y la Dirección Provincial de Cultura, en su edición número 30 compiten 42 obras y proyectos curatoriales de 32 artistas, a través de variadas manifestaciones de las artes visuales, como pintura, fotografía, instalación pictórica, grabados, dibujos y esculturas.

“Este año la convocatoria fue abierta, quizás respondiendo a que en la misma ciudad confluyen varias expresiones del arte. Aquí hay un fuerte estilo tradicional, pero también se encuentran formas modernas o expresiones bien actuales como la del video arte, que es mucho más contemporáneo”, explica Montalván Salazar.

La primera jornada estuvo matizada por una muestra colateral, De lo bello a lo útil, certamen concebido para miembros y aspirantes a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) en esta ciudad, que en la Galería Midas, con cerca de 70 piezas de artes aplicadas, de diferentes materiales encantan al público.

Luego llegó el evento teórico y vinieron avances de un libro que bien cocina Jorge Santos Caballero, sobre la historia de la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Camagüey, a la cual le faltaban detalles testimoniales que la enriquecen.

Ese momento de reflexión también sirvió para educar sobre entidades como la Fundación Caguayo que permite promover arte, algo que muchos artistas desconocen. También se dialogó sobre el coleccionismo institucional, la producción de arte religioso en el territorio, entre otras temáticas.

Y es que “el evento teórico es el momento en el que se puede hablar, teorizar y pensar el arte visual. Eso es algo que no sucede de manera espontánea, solo surge en los eventos por eso es que es muy gustado. Además es muy importante para el desarrollo del arte. Por eso también desde hace rato busca trascender fronteras para aprender y enseñar”, apuntó Montalván Salazar.

La fiesta de las artes visuales siempre ha sido un apuesta por mostrar arte y aprender de arte. Quizás aún le falten motivaciones más atractivas en los premios o mayor divulgación, pero sigue siendo una apuesta por oxigenar la creación sin convencionalismos o esteriotipos.

 

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