El arroz en Granma: Sin variar compromisos

El arroz en Granma: Sin variar compromisos

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Félix muestra cómo el viento tendió los cultivos por lo cual hoy se dificulta su cosecha. Foto: De la autora

Cuando en la tarde del 9 de septiembre último Félix Guisado recorrió con un grupo de compañeros las parcelas de arroz en la zona de Cayo Grande, Yara, le resultó casi imposible contener el desánimo y la desesperanza: el cultivo, que antes estuvo a punto de cosecha, estaba completamente bajo agua o en el suelo.

Sus 30 años dedicados a este tipo de siembra fueron suficientes para reconocer lo que sucedía y el presumible desenlace. “Para mí fue, como se dice, lo nunca visto —comentó aún con inquietud— a pesar de que otras veces las inclemencias del tiempo han azotado nuestros campos, esta vez la intensidad se hizo notar”.

Guisado aseguró que la calidad del cereal allí es muy buena, pues el buen suelo permite recolectas de hasta cinco toneladas en solo un lote. “Este año también esperábamos resultados beneficiosos, pero ahora ya no sabemos a cuánto llegaremos”, sentenció.

Nos queda la voluntad

La cosecha del arroz de primavera había iniciado en Granma hacía poco más de tres semanas cuando irrumpió el huracán Irma, que marcó una pauta irrefutable en las labores.

“Como el suelo demora más en escurrirse, es más rápida la germinación del grano maduro, lo que invalida su uso para el consumo de la población, que es nuestro principal interés”, explica Dennis Guerrero Figueredo, presidente de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Horacio Rodríguez, del mencionado municipio.

“Fue un golpe fuerte para todos —dijo— la afectación es de 74.48 hectáreas de arroz, que ya estaba listo para recoger. Una parte importante de estas plantaciones quedaron tendidas debido al fuerte viento, y eso dificulta la labor de las máquinas cosechadoras”. Según el representante de la CCS, los 26 productores asociados estaban comprometidos a acopiar en la contienda 50 mil toneladas del cereal, una cifra significativa para el país, enfrascado en la necesaria sustitución de importaciones.

“Realmente fue inmediata la disposición de recuperar los volúmenes aprovechables, y aunque los pronósticos iniciales indicaban lo contrario, hoy estamos sacando del campo alguna utilidad. Si en lo adelante las condiciones del clima lo permiten, recolectaremos al menos el 80 % de lo contratado”.

No solo en la base se comprende la envergadura de hacer valer esta etapa recuperativa, sino que alcanza toda la entidad, inmersa en un programa de desarrollo que le permite realizar los mayores aportes al balance nacional.

Es por esa razón que Odisnel Traba Ferrales, director de técnica y desarrollo de la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, sostiene que la prioridad es rescatar todo lo posible.

“La llanura del Cauto resultó la más perjudicada y es justamente ahí donde se encuentra el polo productivo. Los terrenos de las cooperativas, entre ellas la Horacio Rodríguez, que tributan a la unidad empresarial de base Pedro Borrás, colindan con una ciénaga compartida entre los municipios de Manzanillo y Río Cauto. Ello provoca que no exista drenaje en la zona cuando hay abundantes lluvias y, por tanto, se pierde el cultivo, porque también aumenta el nivel de hierba y otras impurezas.

“El saldo total ha sido de más de mil 246 hectáreas afectadas, donde se encuentran unas 4 mil 610 toneladas de arroz deshechas. Datos preliminares indican que al menos el 30 % de toda la cosecha debe perderse, no obstante, desde que reiniciamos el acopio, se duplicaron los esfuerzos para minimizar los daños”.

Hoy las faenas se extienden a las horas necesarias, sin dejar de cumplir con la eficiencia energética y respetando las normas por equipo para su durabilidad.

Por su parte Abdiel García León, especialista de la maquinaria, añade que la inyección tecnológica recibida este año ampara tales decisiones y que no debe afectarse la calidad final del producto.

La Fernando Echenique, en cuanto a dimensión y estructura, es una de las más grandes del sistema de la agricultura cubana, tributa el 85 % del arroz que se produce en Granma, la de mayor aporte a nivel nacional.

Ante el lamentable paso de Irma y las serias afectaciones en otros lugares, la máxima dirección del Gobierno solicitó a la entidad 10 mil toneladas más por encima del plan. “Aún con todos los inconvenientes surgidos respetamos el compromiso, porque estamos conscientes de lo que representa nuestro encargo social. Alrededor de 27 millones de dólares ahorramos al país cada año por concepto de importaciones”, recarca Traba Ferrales.

La confianza depositada en la empresa agroindustrial para mantener asegurada una parte significativa de la canasta básica de los cubanos, es la que hace a sus trabajadores dar la bienvenida y despedir el sol cada jornada. Por aquí Irma, además de dificultades, también dejó disposición y sentido del deber.

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