La entrevista al doctor Manuel Romero González, especialista en Hematología del Hospital Docente Julio Trigo, comenzó de manera atípica. No fueron las preguntas lo que dio inicio a la conversación, sino el caso de Tony: un mecánico cuentapropista que se dedica a arreglar baterías de carros cerca del hospital.
Según el especialista lo más preocupante de esa profesión es la exposición a las sustancias tóxicas. “Tony era consciente de que trabajaba con muchos químicos, sin embargo, era muy descuidado, nunca lo vi ponerse unos guantes mientras manipulaba las baterías.
“Hasta que llegó el día en que no se sentía bien. Me comentó que tenía un inaguantable dolor de cabeza, calambres constantes y un fuerte dolor estomacal”.
Romero no quiso dar un diagnóstico en primera instancia. Lo remitió a hacerse varios exámenes para descartar padecimientos, pero estaba seguro de que el malestar de Tony era causa del poco cuidado que tenía en su entorno laboral.
Los análisis demostraron que el mecánico presentaba un alto nivel de plomo en sangre. “Existen muchos síntomas posibles de intoxicación con esa sustancia, que puede afectar varias partes del cuerpo; tan solo una dosis alta puede ocasionar síntomas graves de emergencia”, explicó.
Sin ser extraterrestres
El saturnismo o intoxicación con plomo (su forma más común) constituye un problema de salud en el mundo, particularmente en los países en desarrollo. “El envenenamiento por esta causa afecta múltiples sistemas del organismo humano, en especial el nervioso central y periférico, hematopoyético, renal, endocrino, óseo, gastrointestinal y cardiovascular”, destacó Romero.
Según el entrevistado, este metal es venenoso porque interfiere con algunas de las funciones básicas del ser humano, hasta cierto punto el cuerpo no distingue entre el plomo y el calcio, mineral este último que contribuye a fortificar los huesos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisó que entre las principales fuentes de contaminación ambiental se destacan la explotación minera, la metalurgia, las actividades de fabricación y reciclaje y, en diferentes países, el uso persistente de pinturas y gasolinas con plomo.
En su portal digital, la OMS destaca que más de las tres cuartas partes del consumo mundial de dicho metal corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor.
Además, especificó el galeno, se utiliza en muchos otros productos como pigmentos, pinturas, material de soldadura, vidrieras, vajillas de cristal, municiones, esmaltes cerámicos, artículos de joyería y juguetes, así como en diversos productos cosméticos. “Toda persona que trabaje con estos está expuesta a una concentración de plomo que, si se toman las medidas pertinentes, no causa peligro para la salud”.
Romero González dijo que una vez dentro del cuerpo, el plomo se distribuye hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos, y se deposita en dientes y huesos, donde se va acumulando con el paso del tiempo.
Cuando la intoxicación es crónica se presenta en tres fases: impregnación, intoxicación franca e intoxicación antigua (secuelas). “Los inicios son bruscos. Se comienza con astenia, pérdida de peso, insomnio e hipotensión. A estos síntomas pueden asociarse los gastrointestinales: estreñimiento, anorexia, y molestias abdominales e incluso cólicos. Los signos incluyen palidez, malnutrición e hipersensibilidad abdominal.
“La falla renal solo es evidente después de años de absorción excesiva de plomo y está frecuentemente asociada con la hipertensión y la gota”, alertó el hematólogo.
En los niños el riesgo es aún mayor
Aunque el saturnismo está considerado como una enfermedad profesional por la OMS, no quiere decir que los niños no la padezcan. “Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema nervioso central, pudiendo provocar convulsiones, coma e incluso la muerte. Los menores que sobreviven a una intoxicación grave pueden sufrir diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportamiento”, argumentó el entrevistado.
Según la bibliografía médica, en edades pequeñas afecta, en particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción del coeficiente intelectual, cambios de comportamiento (por ejemplo, disminución de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales) y un menor rendimiento escolar.
La exposición al plomo también puede causar anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva.
Tratamiento
“La primera medida que se debe tomar es evitar todo nuevo contacto. Eso significa que es necesario descubrir y eliminar cualquier vestigio de plomo que pueda albergar en su entorno laboral”.
El galeno aseveró que el siguiente paso es realizar las modificaciones dietéticas que sean pertinentes. Se deben ingerir por lo menos tres comidas al día. Además, los alimentos deben ser ricos en hierro y calcio como la leche, el pescado y el maní; “si no se ingieren suficientes hierro y calcio, el organismo confunde estos minerales con el plomo, de ahí que se absorba y se deposite en los tejidos orgánicos una mayor cantidad de plomo”.
Si la concentración en la sangre es elevada, el médico tal vez recete algún quelante (agente químico que se fija al plomo presente en el organismo). “Pero la dosis más eficaz seguirá siendo la de mantener total higiene, cuidado y vigilancia a la hora de manipular cualquier sustancia tóxica”, concluyó.
¿Cómo puedo protegerme?
• No use su ropa ni sus zapatos o botas de trabajo en la casa ni tampoco cuando no está en este.
• Lave y seque su ropa de trabajo aparte y cuando lo haga no la mezcle con la de otras personas de su familia.
• Lávese las manos y la cara antes de comer, fumar o ingerir bebidas.
• En el trabajo coma y fume solamente en las áreas que están libres de polvo y vapores de plomo.
• Evite levantar el polvo que contiene plomo barriendo en seco; limpiar con agua es más seguro.
• Si usted usa un respirador en el área de trabajo asegúrese de que le quede bien.
• Utilizar agua corriente fría para beber y cocinar, ya que siempre hay más probabilidad de contaminación por el plomo cuando se usa agua caliente del grifo.
Algunas actividades industriales con exposición al plomo
• Extracción, tratamiento, preparación y empleos del plomo, de los minerales que lo contienen, de sus aleaciones, combinaciones y de todo producto que lo contenga.
• Minería del plomo y zinc.
• Fabricación de láminas, tubos, proyectiles, municiones que contengan plomo.
• Fabricación y preparación de pinturas, esmaltes, masillas y colores con plomo.
• Trabajos de demolición, despintado con fuego y corte con soplete oxiacetilénico de material cubierto con pinturas a base de plomo.
• Fabricación y reparación de automóviles, donde se utilice o esté presente el plomo. •Elaboración de cristal.
• Trabajos artesanales que utilicen estaño y plomo.
• Industrias de cerámica (solamente en la preparación y pulverización de pinturas, vitrificación de lozas de barro y decoración de vajillas y otros objetos de cerámica, con barnices o pinturas con plomo).
• Prensa con uso de plomo (a mano, linotipia, monotipia y estereotipia).
• Instalación y mantenimiento de cañerías, tuberías e instalaciones en general de material con plomo.
• Prueba de motores de combustión interna.