De nada valen los lamentos. Aunque cierto es que el huracán Irma dejó una estela enorme de daños, pero con ellos “hay que fajarse duro”, como afirmó el nonagenario cienfueguero Pedro Rodríguez, quien ha tenido la “suerte” de sentir el paso destructor de cuatro, “ si no es que perdí la cuenta”, dijo mientras miraba desde la puerta de su casita ─por suerte en pie─ los montones de ramas y troncos de los árboles partidos en pedazos por la fuerza del viento que azotó a la también llamada Perla del Sur durante casi 30 horas con rachas continuas cercanas a los 100 Km/h.
Es verdad que “la candela” está en la zona norte del archipiélago, pero Cienfuegos tampoco escapó de las “mordidas” del ciclón, por lo que desde que se alejó definitivamente, un vocablo se adueñó del protagonismo de la vida de muchas personas en esa región: recuperación.
Una de las batallas más dura y que ha requerido de muchas manos y equipos ha sido la desobstaculización, limpieza e higienización de las vías y otras áreas, no solo de la ciudad de Cienfuegos, sino también en casi todas las localidades del territorio. Los trabajadores de diversas empresas, como las de Recuperación de Materias Primas, productora de cemento Carlos Marx y las pertenecientes al sector de la Construcción, entre otras, se unieron a los colectivos de Servicios Comunales y a múltiples brigadas formadas por combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Para la ejecución de las labores de recogida y saneamiento se ha contado con un número considerable de camiones, cargadores, alzadoras y motosierras pertenecientes a diferentes organismos, los que han permitido darle la mayor celeridad posible a la ofensiva para devolverle los encantos a la Perla.
Otra vez los techos
Los huracanes, además de “leñadores” parecen ser “especialistas de alto nivel” en arrancar los techos. Los vientos levantan con facilidad las tejas de fibrocemento y las planchas de zinc, las que vuelan peligrosamente hasta decenas de metros, dejando al descubierto totalmente a viviendas, centrales azucareros, otras fábricas, escuelas, almacenes…
Entonces, reponerlos deviene reto mayor en la fase de recuperación. La situación económica del país y los niveles de producción precisan a colocar una y otra vez cubiertas ligeras, como les denominan, poco resistentes, es cierto, pero las únicas posibles.
Por eso resulta alentadora una información publicada en el sitio Web de la emisora Radio Cruces, del municipio cienfueguero de mismo nombre, que da cuenta de que “cerca de dos mil planchas acanaladas producen diariamente los trabajadores del Taller de Producciones Metálicas de Servicios Técnicos Industriales (SETI), perteneciente al Grupo Empresarial AzCuba”.
Señala además, que los 23 integrantes del colectivo trabajan entre 16 y 18 horas diariamente. Están garantizadas unas 900 toneladas de materia prima y producen con dos acanaladores.
Las planchas están destinadas a restablecer el techo de centrales y otras instalaciones que quedaron afectadas en ese importante sector de la economía.
Hay otros puntos vitales en la ofensiva, como son la erradicación de algunas afectaciones en los almacenes y otras instalaciones; el restablecimiento total de los servicios eléctricos y de comunicaciones, siempre muy agredidos por los vientos, y la atención a las familias afectadas parcial o totalmente en sus viviendas (más de 100).
Como una de las tantas muestras de solidaridad expresadas tras el paso de Irma, dos contingentes cienfuegueros, uno formado por trabajadores de Etecsa y otro del sector de la electricidad, laboran en las provincias de Matanzas y Villa Clara, respectivamente.
Entre las múltiples acciones que ejecutan en la agricultura figura el adelanto de la cosecha cafetalera en el macizo montañoso Guamuhaya. Los vientos dejaron sobre el suelo una cantidad considerable de granos. Quienes laboran en las unidades productivas de la serranía también retiran los árboles, arbustos y gajos caídos o partidos, los que con anterioridad garantizaban la sombra imprescindible.
Directivos de la Empresa Agropecuaria Eladio Machín, del municipio de Cumanayagua, informaron que de un modo u otro, las mil 170 hectáreas con plantaciones quedaron lastimadas, por lo que reto es bastante fuerte, pero existe la voluntad y el interés de vencerlo.
Restablecer los procesos
Minerva García Olivera, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la provincia de Cienfuegos, destacó el papel desempeñado por cada colectivo laboral en la prevención, desde la fase informativa, para minimizar loa posibles daños y posteriormente en la recuperación de las afectaciones.
También resaltó la actitud de los dirigentes sindicales, quienes han estado en los frentes principales, sobre todo en el restablecimiento de los procesos de producción y servicios y la desobstaculización, higienización y limpieza en todas las localidades de ese territorio. Elogió de manera particular el trabajo realizado por los docentes para reiniciar el curso escolar, pues la mayoría de los planteles sufrió algún tipo de daño.
El espíritu presente en las tareas de recuperación en el territorio cienfueguero demuestra que, como afirmó el General de Ejército Raúl Castro en su Llamamiento a nuestro combativo pueblo, el pasado 10 de septiembre, “no es tiempo para lamentarnos, sino para volver a construir lo que los vientos del huracán Irma intentaron desaparecer”.
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