Con las manos en una de las mazas de los molinos del centenario central Primero de Enero, encontramos a Erney Pérez Peña, quien representará a los trabajadores azucareros de la provincia de Ciego de Ávila, en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que tendrá lugar en octubre venidero, en la ciudad rusa de Sochi.
El único delegado directo entre los nueve jóvenes que integrarán la comitiva del territorio avileño a esa fiesta, tiene un compromiso antes de preparar su equipaje: “Reparar con calidad la maquinaria para repetir el cumplimiento del plan de producción de azúcar en la próxima contienda”.
Relevante ha sido la contribución de ese violeteño de 34 años de edad en los resultados que posibilitaron ubicar a su fábrica entre las más eficientes del país en el último trienio. “Mi primera prueba de fuego fue la campaña azucarera del 2015, en la cual me inicié como trapichero, uno de los puestos donde se puede exprimir la camisa por trabajar cerca del vapor, las salpicaduras del guarapo y el contacto con el bagacillo”, comentó el joven, quien permaneció por dos años en ese riguroso oficio.
Se consagró limpiando las canales conductoras de los jugos de la caña hasta que logró ganarse el puesto de ayudante de mecánico, bajo la tutela de los experimentados Osvaldo Pérez y Jorge Guirola.
Más tarde ascendió a operador de la planta moledora, “una faena de gran responsabilidad porque una operación incorrecta ‘embarca’ la zafra…”, subrayó y enfatizó que entre las fortalezas del colectivo figura el poco tiempo perdido en la industria por roturas, un nivel inferior al 6 %, cuando el índice permisible es del 14 por ciento. Ahora, junto a sus compañeros, alista el equipamiento con el montaje de nuevas mazas, raspadores, coronas y cuchillas, pues las anteriores colapsaron en la pasada campaña.
Su aporte ha posibilitado que se sobrecumpla hasta la fecha el programa de reparaciones de la industria. Asimismo, acondiciona su puesto de labor para volver a desempeñarse como jefe de brigada de los molinos, en el turno número tres del ingenio violeteño.
“Vivo ansioso porque comience la molienda y les confieso que no estoy tan nervioso como aquel día en la Mesa Redonda, cuando empezaron a hacerme preguntas y más preguntas. Entonces, me dije: ‘Negrito, tú no viniste a hacer el papel de mudo en la televisión’, y eché a andar la maquinaria”. Sus días transcurren casi por completo en el central, pero cada vez que tiene un tiempecito libre trata de disipar tensiones en el deporte.
“En mi barrio La Pista, donde vivo con mis tíos Lucía y Lázaro, y mi esposa Daniellys, juego pelota, pero me poncho con frecuencia; me paso con ficha en el dominó, en el fútbol tampoco soy bueno, pero si de preferencia se trata, me siento mejor en los quehaceres de la emulación del central”.
El ajetreo constante en la fábrica le roba cada vez más el espacio que pudiera dedicar al entretenimiento, tras ser designado recientemente secretario general del comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas de su centro laboral.
“Lograr la incorporación de nuevos miembros a las filas de la organización juvenil constituye otro de mis deberes en homenaje al Festival Mundial de la Juventud, a cuya cita iré a reafirmar el concepto de Revolución de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y a exigir el cese del bloqueo contra Cuba.
“Tengo metas también en la capacitación, pues debo ir al central Uruguay, de Sancti Spíritus, a prepararme como jefe de colectivo de molinos, para luego impartir clases en la escuela del sector azucarero en Ciego de Ávila, como parte de los preparativos para la próxima zafra”.
Considera el también técnico de nivel medio en Agronomía que en la planta moledora hace falta gente apegada a la caña, a fin de extraerle a la planta todo su contenido de sacarosa, pues la caña ha escaseado en su terruño y no solo por causa de la sequía.
El último de los ocho hermanos y el único de ellos que se enamoró de la industria azucarera, no quiere abandonar ese sector ni por un instante: “Aquí trabajo cerca de mi casa, tengo un buen salario, mis compañeros me aprecian y cuando me saludan, lo hacen de una manera especial: ¡‘qué dice el delegado’! Es que somos una gran familia…”.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.
jovenes con ese entusiasmo son los que en estos tiempos necesita el pís y el sector azucarero que estrá muy bien representaqdo en le festival de la juventud y los estudiantes.
Felicitaciones para ese joven que ha demostrado que a pesar de tener pocos años de vida los tiene de responsabilidad y abnegación para el trabajo.