Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla en el evento de Naciones Unidas en solidaridad con los países afectados por el huracán Irma. Nueva York, 18 de septiembre de 2017
Señor Presidente de la Asamblea General;
Distinguidos Representantes de las Naciones del Caribe
Señores de la Secretaría General:
Estimados Ministros y Jefes de delegaciones, representantes de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas, delegados e invitados:
Agradecemos profundamente la convocatoria de esta reunión, en momentos tan difíciles para los países afectados por el destructivo huracán Irma.
Cuba expresa sus sinceras condolencias a los familiares de los fallecidos y a los damnificados, a los pueblos y autoridades de todos los territorios afectados.
El huracán golpeó a Cuba por más de 72 horas, en particular arremetió contra casi todo el norte del país. Prácticamente ningún territorio del archipiélago quedó exento de sus efectos. A pesar de las ingentes medidas de prevención adoptadas, sufrimos la pérdida de 10 vidas humanas.
Ha sido un golpe realmente duro. Los sectores de la vivienda, la agricultura y el sistema electroenergético, entre otros, fueron seriamente dañados. Frutos de años de intenso trabajo de nuestro pueblo fueron borrados por Irma en pocas horas.
Pero el huracán no doblegó el espíritu de resistencia de los cubanos. Como expresó el Presidente Raúl Castro Ruz, en su mensaje a nuestro pueblo en la etapa recuperativa, “nuestro pueblo renace con cada adversidad”.
Como ha sido siempre a lo largo de la Revolución Cubana, se utilizarán todos los recursos necesarios para garantizar que nadie quede desamparado.
Señor Presidente:
Aprovecho la ocasión para agradecer las numerosas muestras de solidaridad y los ofrecimientos de asistencia recibidos de numerosos gobiernos, parlamentos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil.
Reiteramos nuestra solidaridad y voluntad de cooperación, dentro de nuestras modestas posibilidades, con los hermanos pueblos y gobiernos de los países afectados por el huracán. En Antigua y Barbuda, 54 colaboradores cubanos de la salud, ya laboraban, y a ellos se unieron al paso del huracán especialistas y técnicos en redes eléctricas, todos los cuales contribuyen a la recuperación del país. Menciono esto solo para argumentar un llamado a dar prioridad en la movilización internacional de la ayuda, a aquellos Estados y territorios que por su pequeño tamaño, menor población y limitada capacidad de generar recursos propios, enfrentarán los mayores desafíos en la recuperación tras el paso del huracán Irma.
Como con razón se ha dicho este hecho entre otros sucesos revela la prioridad que plantea para la humanidad el enfrentamiento al cambio climático bajo los principios de responsabilidades comunes pero diferenciadas y en particular la necesidad de un tratamiento especial y diferenciado a los pequeños estados insulares como las naciones hermanas de Cuba ahora gravemente afectadas.
Muchas gracias.
(Tomado de Cubaminrex)