Pasadas las tres y media de la tarde del sábado 9, en los alrededores del Cardiocentro Pediátrico William Soler ya se sentían los vientos de Irma, que aterrorizaban, que atormentaban los oídos. Aun así, el cirujano Alexander González Guillén tuvo que operar.
Néstor Enrique no podía esperar a que el clima mejorase; con tan solo tres meses de nacido ya sufría una atresia tricuspídea (no existe comunicación entre la aurícula derecha con el ventrículo derecho del corazón), lo que hizo que el doctor Guillén atendiera “aunque fuese sin luz, porque a este bebé no lo podemos perder”.
Y así fue. El fluido eléctrico del hospital se mantuvo vital gracias al grupo electrógeno con que cuentan; “los pacientes fueron atendidos con normalidad, algunos con sobreprotección debido al miedo que mostraban”.
“Porque una de nuestras principales fortalezas es el trabajo íntegro entre las instituciones del sistema sanitario”, afirmó el doctor José Ernesto Betancourt Lavastida, director de Defensa y Defensa Civil del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
“El sector tomó un conjunto de medidas para organizar la respuesta ante el huracán Irma, comenzando por la protección del personal y sus acompañantes, los pacientes en zonas de riesgo, los recursos y medios materiales de que disponía el sistema, con el propósito de mantener la vitalidad de todas las instituciones de salud y, sobre todo, que estuviesen listas para poder enfrentar la etapa de recuperación”, destacó el funcionario.
Hay afectaciones, dijo, pero pese a los daños en la infraestructura de numerosas entidades de los tres niveles de atención, el Sistema Nacional de Salud ha mantenido la vitalidad antes, durante y después del paso de Irma.
La población tuvo aún más protagonismo. “La colaboración de vecinos para reubicar consultorios, policlínicos y farmacias fue siempre muy positiva; de estas últimas, más de 240 se reubicaron en otras instituciones de salud, de la comunidad e incluso algunas en casas de familias solidarias, cuyas viviendas podían soportar el embate de los vientos”, aseveró Betancourt.
Entretanto, las afectaciones significativas dentro del sector de la salud a nivel nacional (hasta la fecha) corresponden a techos, cubiertas ligeras, derrumbes de cercas perimetrales, paredes que no son de carga y no interrumpen la prestación de los servicios, precisó en un conversatorio con la prensa el ingeniero Jorge Omar Pordieguez Rodríguez, director de Inversiones, Mantenimiento y Sistemas Ingenieros del MINSAP.
“Continúan priorizados los servicios de electricidad y agua para su total restablecimiento; y en lugares donde aún demoran los arreglos estamos trabajando para la vitalidad de los grupos electrógenos”.
Ahora, además de recuperar, tenemos que mejorar lo que ya teníamos. “Contamos con la voluntad de los trabajadores que han mantenido funcionando todos los servicios; y de las brigadas de apoyo con compañeros preparados y listos, argumentó Pordieguez.
A resurgir con higiene y vigilancia
Si llevábamos meses en una constante batalla contra el mosquito Aedes, sus enfermedades y otros brotes epidémicos, ahora las medidas higiénico-sanitarias deben extremarse. Prevenir la propagación de estas durante este período debe ser el esencial punto cardinal.
Respecto al agua —que tanto preocupa— la doctora Yanaris López Almaguer refirió que se hace la evaluación de la calidad de este líquido para el consumo, distribuido a la población; y que en todos los puntos de llenado de las pipas hay un inspector sanitario estatal que se encarga de vigilar su calidad y la salida con el cloro establecido, para que llegue de forma segura a las personas.
Aún no se han reportado en el país brotes de enfermedades transmisibles por alimentos o agua, según explicaron las autoridades de Salud Pública.
Agregó que en aquellos lugares donde el agua se restableció, porque ya existe el bombeo, se está realizando la vigilancia en los puntos clave de la red para asegurarnos de que la que llega es de calidad.
“Eso sí, recomendamos a la familia cubana la compra del hipoclorito de sodio, que se encuentra disponible en todas las farmacias del país en cantidades suficientes. Estamos evitando que aparezcan enfermedades diarreicas agudas”.
En lugares donde se produjeron inundaciones o intensas lluvias cabe la posibilidad de que se hayan contaminado pozos, cisternas, tanques elevados, por lo cual, en lo que sea posible, se debe efectuar la limpieza y tratamiento de estos depósitos, tanto en el sector estatal como el residencial, expresó.
López Almaguer también puntualizó que en los sitios donde aún se mantiene el déficit de fluido eléctrico, la cocción de los alimentos (sobre todo los cárnicos) debe ser por encima de los 70 ºC con el objetivo de eliminar la mayoría de las bacterias y evitar las enfermedades de transmisión alimentaria. “Debemos emplear los alimentos enlatados como última opción porque duran más tiempo y se pueden utilizar más tardíamente. La comida, luego de elaborada, es preciso consumirla antes de las cuatro a seis horas”.
No obstante, la doctora expuso que persiste y la fiscalización de todos los centros de elaboración, así como los de elaboración social colectiva, trabajadores por cuenta propia y centros de evacuados que se mantienen activos, y de igual modo las escuelas que ya comienzan a funcionar y las instituciones de salud.
Todavía falta que todos nos incorporemos a las labores de saneamiento en el hogar, el centro de trabajo y alrededores. “Solo de esta manera podremos también entrar a realizar la desratización, las acciones vectoriales, necesarias para evitar la aparición de enfermedades. Estamos seguros de que con la colaboración del pueblo se podrá”, declaró la doctora.