Hablar del verano y no darles protagonismo a las diferentes alergias y enfermedades de la piel es prácticamente imposible. Más allá de la afección pulmonar, en la etapa estival las consultas más frecuentes son aquellas relacionadas con erupciones que se perciben en la piel.
“Las enfermedades eruptivas, o también llamadas exantemáticas, suelen tener manifestaciones y características de curso benigno. Lo importante es que la población conozca que hay muchas, que todas son tratables y por supuesto, prevenibles”, afirmó a Trabajadores la doctora Fernanda Pastrana Fundora, del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Dermatología.
Mientras transcurría esta entrevista, Mariela Jiménez esperaba impaciente detrás de la puerta. Lo supe porque tocó varias veces, tuve que detener las preguntas, pero algo en su cara me decía que le diera la oportunidad de dirigirse a la doctora.
Entre nervios y angustias explicó que su niño llevaba días con un enrojecimiento en la boca, las manos y los pies. Ya lo había llevado a consulta y descartado la posibilidad de padecer dengue o zika, que son los rashs más comunes en estos casos. Pero Carlos Alejandro, el hijo, ya presentaba otros padecimientos.
“La enfermedad pie-manoboca afecta siempre a los menores de uno a tres años”, precisó la especialista al concluir el diagnóstico.
Se presenta en forma de brotes durante todo el año, pero es mayor en el transcurso del verano y cuando el clima está más húmedo. “Su contagio se da a través del contacto con secreciones respiratorias o materia fecal”, argumentó.
¿Cómo detectarla?
Según la dermatóloga, los pacientes suelen tener fiebre y malestar. “En la piel de las manos, los pies y el área del pañal aparece una erupción con pequeñas manchas o granitos, algunas pueden tener contenido líquido”.
En la boca se encuentran estas mismas lesiones en las encías, la lengua y el paladar. Cuando se rompen las vesículas quedan úlceras superficiales que son muy dolorosas, pero las lesiones desaparecen de cinco a diez días.
La especialista aclaró que no hay un tratamiento específico. Debido al dolor que pueden tener los niños para alimentarse se recomienda mucho líquido y que los alimentos sean blandos y frescos.
Una muy conocida
Y así surgió el tema de la varicela. Posiblemente la más común. Es producida por el virus varicela- zóster, y puede presentarse durante todo el año, pero es más común en los meses vacacionales. Se transmite por el contacto directo con las lesiones de la piel o por medio de las gotitas de saliva.
Pastrana destacó que, aunque surge mayormente en la etapa de la niñez, no quiere decir que algunos adultos no la padezcan. “Se manifiesta en la piel con pequeñas manchas rojas que se transforman en ampollas y luego costras”.
El lugar de esparcimiento es en el tronco, cara, cuero cabelludo, brazos, piernas y hasta dentro de la boca. Tiene, además, síntomas como fiebre, malestar general, dolor de garganta y falta de apetito. En los pacientes vacunados la enfermedad es más leve.
La doctora aclaró que solo es contagiosa desde uno a dos días antes de que nazcan las lesiones hasta que las ampollas se transforman en costras (el tiempo de duración es entre siete y diez días). “Lo más importante es saber que los niños, en ese período, deberán permanecer en sus hogares hasta que todas las lesiones estén en período de costras”, aconsejó la experta.
Agresivas, pero poco comunes en nuestra población
“Existen al menos unos nueve padecimientos dermatológicos que pueden afectar a nuestra población; pero hay unos más controlados, casi inexistentes”, aseveró Pastrana.
Tal es el caso de la llamada sexta enfermedad, la cual se muestra como consecuencia del virus de la familia Herpeviridae. Se observa en bebés entre los seis y quince meses, mientras que la transmisión también es por saliva.
“Sus inicios son muy raros e incluso complicados. Comienza con un cuadro de fiebre agudo con temperaturas altas entre 38º C y 40º C, que dura hasta cinco días. Puede estar acompañado de tos y congestión de garganta y oídos e inflamación de los ganglios”, dijo.
Según la bibliografía médica, las lesiones son rojizas como manchas pequeñas levemente sobreelevadas que desaparecen al ser presionadas.
“Comienzan en el tronco y cuello, y luego se extienden a la cara, brazos y piernas. No pican y se mantienen entre 24 y 48 horas. Esto último hace que se confunda con la llamada quinta enfermedad”, explicó la dermatóloga.
Su contagio se produce por contacto con secreciones respiratorias y saliva. Al inicio tiene síntomas inespecíficos, como fiebre y malestar. “Lo común de este padecimiento es que aparece una erupción típica: roja en ambas mejillas de bordes muy definidos y en el cuerpo asemeja un ‘encaje’.
“Sus síntomas son casi invasivos, se pudiera decir que es la que mejor se pasa porque no duele ni pica; se extiende hasta 10 días, y ya no es contagiosa en la etapa del brote”, expresó.
Pastrana argumentó que otra dolencia, la escarlatina, es muy común en la adolescencia y su transmisión es por saliva al hablar, estornudar o toser.
Su manifestación es en pequeñas lesiones rojas puntiformes que se atenúan al presionar la piel y son ásperas al tacto.
“Su comienzo es en el cuello, axilas e ingles y luego se distribuyen por todo el tronco y las extremidades. En la cara da un signo característico, que es la palidez alrededor de la boca.
“Lo seguro de la escarlatina es que se puede tratar con antibiótico; después de las 48 horas, retomar todas las actividades comunes del paciente”, concluyó la especialista.