Es tan grande la historia que todos saben no cabe allí, en la salita de la Brigada Constructora de Obras de Arquitectura (BCOA) 36, en Varadero, donde varios fundadores del contingente Vladimir Ilich Lenin rememoran el día en que se “quedaron fríos” cuando el propio Fidel se apareció en Cienfuegos para explicar lo que al instante dejó de ser un rumor para convertirse en dura realidad.
Llegó el momento, hay que paralizar la Central Electronuclear (CEN), algo así dijo el Comandante en Jefe y el desconsuelo se adueñó de la mayoría de quienes lo escuchábamos, recuerdan varios de aquel grupo que el 2 de septiembre de 1992 fue informado sobre las razones del cierre de la llamada Obra del Siglo.
Pese a su juventud de entonces, René Quiñones Hidalgo confiesa haber entendido muy bien los argumentos ofrecidos por Fidel, relacionados con afectaciones derivadas del derrumbe del campo socialista y de la desintegración de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, afirma, no olvida el llanto de veteranos obreros, conmocionados con la noticia.
El maestro de la construcción Ramón Sánchez Áreas coloca la mano encima del hombro de Quiñones, este se detiene y le deja hablar. “Fue un momento tenso, había personas de mucha edad y sentido de pertenencia… Aquello era su vida, su razón de ser. No por gusto el Comandante expresó que para esos trabajadores resultaba algo durísimo, por haber empleado una parte importante de su vida en la CEN. Tenían ilusiones muy grandes con aquella gran obra.
“Por cosas de la casualidad, ese día cayó un aguacero y Fidel, con su típica inteligencia, nos dijo que la naturaleza podía llorar, pero nosotros no, nosotros no podíamos llorar, excepto que fuera por patriotismo y por emoción, como lloraban muchos allí”.
Que el Comandante en Jefe fuera a comunicarles la decisión, resume una nobleza sin par, reflexiona Armando Roncourt, secretario general del buró sindical de la BCOA 36. “No hubiera sido igual sin su presencia.
“El jefe de la Revolución había venido a nuestro encuentro como cuando un padre dice a sus hijos algo difícil de entender. Prefirió hablar primero con nosotros, antes que comunicarlo al país. Aquel día nos reiteró con creces lo mucho que significábamos para él”.
Un contingente con mucho que enseñar
Tres días después del 2 de septiembre de 1992, Fidel hizo público el cierre de la CEN, durante el acto central por el aniversario 35 del levantamiento de Cienfuegos. Según Wilquis Escobar Pedrayes, director de la actual BCOA 36, es por eso que el 5 de septiembre constituye la fecha de fundación del contingente Lenin.
“En la celebración nuestro líder de la Revolución expresó su deseo de transferir esa fuerza hacia Varadero, donde se desarrollaban centros turísticos, que permitieran cuantiosos ingresos en divisas, en menos tiempo y de forma segura.
“También nos conminó a mantenernos unidos, bien organizados, algo que hemos logrado desde que un mes después, en octubre de 1992, asumimos las dos primeras inversiones: el hotel Varadero 1920 y el Gran Hotel”.
“¡Y llevamos ya 25 años construyendo este tipo de instalaciones!”, exclama Roberto Rovira Martínez, director de la Empresa de Construcción y Montaje de Obras del Turismo, Constructora Hicacos, fruto de una formación iniciada precisamente en Cienfuegos, cuando llegó como ingeniero a la CEN a pasar el servicio social.
“Yo también estuve junto a Fidel, tanto el día 2 como el 5 de septiembre, y puedo decir que aquello fue difícil para todos. Se cerraba un ciclo, pero se abría otro igual de complejo, porque la nueva tarea implicaba un rudo desafío. La Empresa Constructora de Obras Industriales Número 6, a la que pertenecíamos, se dedicaba a montajes, soldadura, palería, y ahora teníamos que empezar a lidiar con masilla, enchape, con pura arquitectura”.
Ese cambio supuso, apunta Alain Barrios León, un inteligente proceso de capacitación, de asesorías, de pedido de ayuda. “Lo que sí no se podía arriesgar era la calidad”, explica el segundo jefe de la BCOA 36 Vladimir Ilich Lenin, el nombre adoptado como consecuencia de cambios estructurales.
El hoy fraguado en el ayer
Las estadísticas son elocuentes. Buena parte de los hoteles edificados en Varadero en los últimos 15 años han nacido de las manos de los hombres y mujeres de la BCOA 36. Al cierre del 2016 habían entregado la cifra total de 5 mil 699 nuevas habitaciones y 2 mil 115 remodeladas, un quehacer extendido a la realización de viviendas y obras de interés económico y social, tanto en Matanzas como en La Habana.
Aún con 96 fundadores en activo, la Vladimir Ilich Lenin concede alta estima a su destacamento de Maestros de la Construcción, integrado por 160 operarios, de 17 especialidades, decisivos en la formación de los nuevos ingresos, y en la elevación de la calidad y profesionalidad de sus servicios constructivos.
Hoy coinciden directivos y obreros, muchos quieren pertenecer a una agrupación de elevada competencia profesional, que mucho tuvo que aprender para llegar a un presente coronado con la condición de Vanguardia Nacional, “honor recibido y que habla a las claras de cómo hemos ido cumpliendo con el encargo que nos hiciera nuestro querido Fidel”, afirma Armando Roncourt.
“Cualquiera que desee probarse como constructor, tiene que venir aquí a Varadero, una plaza donde el uso de tecnología de punta, la exigencia y el rigor nos fraguan como cascos blancos de altura”, se enorgullece Ramón Sánchez Áreas.
A juicio de René Mesa Villafaña, titular del Ministerio de la Construcción, la BCOA 36 cada vez que asume una nueva obra lo hace animada por la búsqueda de mayor eficiencia, como ahora sucede con la edificación del Hotel Internacional, ejecución que estos trabajadores adelantan en sus plazos, y a quienes exhorta a “seguir adelante y entregarla mucho tiempo antes del cronograma, porque estamos seguros que sí pueden conseguirlo”.
Mesa Villafaña pondera el crecimiento de las competencias profesionales de una agrupación obligada a reconvertirse de constructores industriales a civiles. “Hoy no nos queda otra opción que reconocer el éxito obtenido, a base de un perfeccionamiento constante, que cada día convierte a sus operarios en mejores constructores y a sus cuadros en óptimos dirigentes”.