Icono del sitio Trabajadores

Cienfuegos, 5 de septiembre de 1957: Masiva sublevación popular contra la tiranía

La sublevación del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos, “reafirmó el criterio de que la lucha armada era el camino correcto, y que la participación del pueblo era decisiva para el éxito”, apunta la licenciada Pilar Quesada González. Foto: Eddy Martin Díaz.

Con motivo del aniversario 60 del levantamiento del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos, la historiadora Pilar Quesada González, coautora del libro Cienfuegos: sublevación de todo el pueblo, cuya segunda edición se encuentra en preparación por la Casa Editorial Verde Olivo, accedió a responder algunas interrogantes acerca de aquel importante acontecimiento.

¿Qué originó la conspiración que culminó con la sublevación popular del 5 de septiembre de 1957 en la ciudad de Cienfuegos?

Al referirnos a ese hecho, una de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta es que se trataba de una acción de alcance nacional, con la participación de grupos de todas las instituciones armadas del país, es decir, ejército, marina, aviación y policía, así como el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7).

Cuando hablamos de los distintos cuerpos armados, nos referimos a aquellos miembros que desde el mismo golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 comenzaron a conspirar contra el tirano usurpador. Se trataba de elementos progresistas, cuyo objetivo no era erradicar el sistema imperante en el país para establecer uno nuevo, sino restaurar el régimen constitucional, porque una vez tomado el poder la primera acción de Batista fue anular la Constitución de 1940 y crear en su lugar unos estatutos constitucionales. En fin, no solo estaban contra la inconstitucionalidad, sino también contra los desmanes y asesinatos que ya se cometían.

Esos complots tenían lugar por separado. Algunos llegaron a tener un nombre y gran organización, y otros, fundamentalmente de la policía, por ejemplo, que no la tuvieron. Tales grupos urdieron diversos planes, e incluso hasta se previó la toma de la base aérea de San Antonio de los Baños, mas nunca lograron ponerse de acuerdo, sobre todo unos cuerpos con otros debido al miedo de hacerlo.

¿Cómo el MR-26-7 se sumó a la conspiración?

¿Qué hicieron los conspiradores?: se acercaron al MR-26-7, por ser la fuerza motriz del proceso revolucionario que se desarrollaba en el país, tanto dentro del Ejército Rebelde como de las células clandestinas. Se reunieron con Frank País, en Santiago de Cuba, y Faustino Pérez, en La Habana, les explicaron sus planes y proyectos, pues contaban con una junta revolucionaria que había creado las bases de cuanto harían cuando lograran su objetivo, tras lo cual tenían previsto entregarle el poder a Fidel.

A partir de que el MR-26-7 entró en la conspiración, comenzó a conformarse un plan nacional que comprendía la toma del cuartel Rius Rivera, en Pinar del Río; las bases navales de Cayo Loco, en Cienfuegos, y la de Santiago de Cuba; la base aérea de San Antonio de los Baños; los campamentos militares de Columbia y La Cabaña; y atacar el Palacio Presidencial desde un buque surto en la bahía de La Habana.

La fecha inicial para poner en marcha ese plan fue el 4 de septiembre, día en que los efectivos del ejército estarían celebrando un aniversario más del primer golpe de Estado encabezado por Batista, en 1933, pero finalmente acordaron hacerlo el cinco.

Culminados los preparativos, al atardecer del día 4 partieron de La Habana, rumbo a Cienfuegos, Dionisio San Román, para situarse al frente del grupo de conspiradores destacados en el Distrito Naval del Sur, en Cayo Loco, donde además de ellos había una célula de marinos pertenecientes al MR-26-7, y Julio Camacho Aguilera, en representación de esta organización.

Poco después de que ambos emprendieran el viaje, varios oficiales de alta jerarquía, en especial de la marina y del ejército, pidieron prorrogar el inicio de las acciones un día más, lo cual fue aceptado. No hubo forma de avisar a San Román y a Camacho, quienes al arribar a su destino pusieron en ejecución el plan previsto, organizado desde hacía tiempo, pues en mayo de ese año hubo un intento de levantamiento similar con la participación de los militares y del MR-26-7, pero se frustró a causa de una delación y los complotados del Movimiento que ya estaban en Cienfuegos fueron apresados.

Luego de ese fracaso, se reorganizó todo y en la madrugada del 5 de septiembre comenzó el levantamiento en Cayo Loco. En tanto, en esa fecha, el grupo del Movimiento designado para tomar la radio motorizada, en La Habana, estaba acuartelado, y otros, en espera del aviso para dirigirse a los lugares previstos, se reunieron desde bien temprano en un bar de la calle Ayestarán, cuyo dueño los denunció a la policía y se produjo un encuentro con esta en el que varios resultaron muertos o detenidos, en tanto algunos lograron huir. Igualmente, en Columbia, permanecían a la espera de una orden que no llegó.

En cuanto a la aviación, al llegar de Columbia la noticia de que había un levantamiento en Cienfuegos, varias naves fueron enviadas a bombardear esa ciudad, pero Enrique Carreras Rolas, encargado de preparar la flotilla, indicó a los pilotos lanzar las bombas al mar sin quitarles las espoletas, para no causar daño a los sublevados. Ese proceder fue detectado y a su regreso los aviadores resultaron apresados, pues por tratarse de personal experimentado no existía posibilidad de que las bombas cayeran en el mar.

¿Qué ocurrió en Cayo Loco?

Al conocer lo que sucedía, el pueblo cienfueguero comenzó a ir hacia allí en busca de armas para sumarse; por eso se habla de una sublevación de todo el pueblo.

Los designados para ese lugar se dirigieron a tomar el cuartel de la guardia rural y la estación de policía. Otros se hicieron fuertes en el colegio San Lorenzo. Durante cinco o seis horas, los sublevados tuvieron la ciudad en su poder, pues el régimen demoró en reaccionar, en reorganizar sus fuerzas y atacar, lo cual realizó con el Tercio Táctico de Santa Clara como refuerzo, pues con las fuerzas de Cienfuegos no pudo sofocar la sublevación y retomar la urbe. A esto se sumó la llegada de nuevos aviones que sí bombardearon el Cayo, y también la ciudad, donde ocasionaron víctimas dentro de la población civil.

¿A qué se debió el fracaso?

En primer lugar, a que no hubo un levantamiento nacional que obligara al ejército de la tiranía a dividirse; en segundo a que, conocido lo anterior, no debieron mantenerse en la ciudad, sino tomar las armas de Cayo Loco, irse a las montañas del Escambray y abrir un segundo frente de guerra, pero decidieron hacerse fuertes en la urbe y al no poder resistir al Tercio Táctico, parte de sus fuerzas empezaron a retirarse. Un grupo se había mantenido en el colegio San Lorenzo, el cual algunos lograron abandonar brincando por las azoteas, pero otros que se quedaron cubriéndoles la retirada, fueron ultimados.

¿Qué representó ese esfuerzo de Cienfuegos para la lucha revolucionaria que se libraba en Cuba?

Esa acción demostró que la unidad monolítica de los cuerpos armados, de la que Batista tanto se vanagloriaba, realmente no existía; reafirmó el criterio de que la lucha armada era el camino correcto, y que la participación del pueblo era decisiva para el éxito. Además, reforzó las posiciones del Ejército Rebelde y del MR-26-7 como fuerzas directrices de la revolución.

¿Cuáles fueron las consecuencias de aquel intento?

La represión se recrudeció; los cuerpos armados fueron reestructurados, con lo cual muchos oficiales fueron trasladados e, incluso, algunos desmovilizados; y sobre todo el cuerpo de la marina sufrió una transformación muy grande, por ser el más comprometido.

 

Compartir...
Salir de la versión móvil