¿Cómo tratar una dolencia prácticamente invisible? Según criterios de los especialistas, los padecimientos relacionados con la sangre pueden pasar inadvertidos por las personas que lo padecen.
Tal es el caso de la sicklemia, una enfermedad hereditaria denominada también anemia falciforme o drepanocítica, la cual produce una destrucción de los glóbulos rojos más rápida que lo normal.
Así lo advirtió a Trabajadores el doctor Luis Enrique Pérez Ulloa, jefe del Departamento de Especialidades Médicas del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), además de destacar que en Cuba la calidad de vida de estos pacientes es igual a los estándares de países desarrollados.
La bibliografía médica indica que en los años 60 del siglo pasado se decía que esta enfermedad era de la adolescencia porque sus pacientes no rebasaban los 15 o 20 años. Actualmente pueden llegar a la tercera edad.
“Ahora se insiste como objetivo principal en la prevención, mediante la asesoría genética a las parejas de riesgo, la inclusión inmediata en estas acciones del recién nacido enfermo, y la vigilancia por todas las especialidades médicas”, aseveró el experto.
¿Qué factores originan y en qué consiste esa alteración de los glóbulos?
Los pacientes con anemia falciforme tienen una hemoglobina anormal que se llama hemoglobina S, que en determinadas circunstancias deforma al glóbulo rojo, lo que origina anemia, dolor en las articulaciones y los huesos y lesiones en algunos órganos.
El doctor Pérez Ulloa destacó que lo más importante es saber que la sicklemia es hereditaria y genética, ya que el enfermo hereda la hemoglobina anormal (S) del padre y de la madre.
¿Cómo se detecta?
A través de las pruebas prenatales que habitualmente se realizan durante el embarazo. Puede presentarse sin haber experimentado alguna molestia relacionada con la sicklemia. El galeno también especificó que los primeros síntomas y manifestaciones aparecen alrededor del año de edad. Los más frecuentes son los dolores articulares. La anemia se puede detectar ya a los tres meses de edad.
¡Ojo, no es universal!
África desde tiempos remotos ha sido asolada por una enfermedad terrible denominada malaria o paludismo, que es causa común de muerte en edades tempranas de la vida. Esta enfermedad la origina un parásito.
Los eritrocitos que contienen hemoglobina S son más resistentes a dicho parásito causal y por ello las personas que portan esta mutación sin padecer la sicklemia sobreviven más a la malaria, lo que les permite llegar a la edad fértil.
Se cree que esto ha proporcionado una ventaja selectiva a estas personas portadoras del gen anormal, y que provoca que se transmita a las generaciones subsiguientes tanto de origen africano como asiático.
Es por ello, según Pérez Ulloa, que es una enfermedad que padecen individuos de la raza negra o que tengan antepasados de esta. Predomina en el África Ecuatorial y fue traída a América por el comercio de esclavos. No hay diferencia entre uno y otro sexos.
Tratamiento y soluciones
Aún no hay un tratamiento curativo. Cuando se produce un descenso de la hemoglobina se utiliza la transfusión de glóbulos rojos. Estos pacientes deben cumplir con las normas higiénico-dietéticas según su edad. Es muy importante la ingestión abundante de líquidos.
“Pero en Cuba existe desde 1983 un programa de diagnóstico prenatal —precisó el especialista—. Se realiza electroforesis de hemoglobina a la embarazada y si es AS se practica este examen a su pareja. De ser este también AS, se hace el estudio del ADN en células del líquido amniótico y de esta manera es posible prevenir el nacimiento de un niño enfermo”.
El 3,08 % de la población cubana es portadora de la hemoglobina S, la causa de la sicklemia; “lo que no quiere decir que esos sean los enfermos, sino cuando son genéticamente de los dos padres”, señaló.
Ahora bien, dijo, estos pacientes deben evitar el ejercicio físico, el frío y el calor excesivos, y la deshidratación por cualquier causa, pero pueden llevar una vida socialmente útil.
¿Qué conducta debe seguir una mujer que se encuentre aquejada de esta dolencia y decida tener un hijo? ¿Es incluso recomendable esta decisión?
Ello dependerá de la severidad de la enfermedad. Si la mujer decide tener un hijo se debe establecer un seguimiento muy estrecho en conjunto por el hematólogo y el obstetra.
Por último, el doctor Pérez Ulloa recomendó que los pacientes, y sobre todo los padres de niños con esta enfermedad, deben estar conscientes de las complicaciones que pudieran presentarse, lo cual se les explica por el equipo médico para adoptar las medidas oportunas en cada caso.
“Deben asistir a la consulta periódicamente, según les sea indicado por el médico. En el Instituto de Hematología e Inmunología trabaja un equipo multidisciplinario de especialistas para la atención integral de estos pacientes y es, a su vez, el centro orientador para el tratamiento en todo el país”.