Sabe este cronista que no resulta nada ocioso repetir algo que las personas en Cuba y en muchas partes del mundo conocen: escuchar y dialogar con la doctora Aleyda Guevara March es un verdadero placer, que nos conduce en un viaje por pasajes, no siempre conocidos, de la Revolución Cubana y de sus líderes principales como su padre Ernesto Guevara de la Serna, el Che de los cubanos y universal, y de a quien siempre llamará su tío el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Sobre la vida y obra del Che y su vigencia conversó con Trabajadores la también especialista en pediatría y alergología, durante su última visita realizada a la provincia de Guantánamo, un tierra que confesó querer profundamente “por el calor de su gente y los compañeros que de este pueblo cumplieron misión internacionalista junto a su padre en el Congo”.
Aleydita, como cariñosamente todos la llaman, confiesa sólo ser “un accidente genético de un gran hombre, y ser su hija me ha proporcionado, sin al principio proponérmelo, la dicha de llevar el mensaje de la verdad de la Revolución, de su resistencia y sus luchas, y el legado del Guerrillero Heroico”.
“Y es hermoso que los jóvenes recuerden a estos hombres con tanto amor y respeto. Yo siempre recuerdo la frase de Martí: el hombre que reconoce las virtudes de otro hombre es porque las lleva en sí mismo. Por eso no hago más que retribuir el afecto, el cariño que siente Cuba y el mundo por mi padre”.
Insiste en la necesidad en estos tiempos de que la juventud, más allá del paradigma, conozca la vida del Che hombre y su pensamiento humanista y económico, y su interrelación. “Papi – dice Aleydita- siempre decía sin economía no se va adelante, pero la economía fríamente no forma valores. Los valores hay que cultivarlos”.
Tópico abordado también fue la necesidad de reacción de los pueblos ante cualquier injusticia. “Nos sobran a diario – dijo- los ejemplos, hay está el caso de los estudiantes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa. Y me pregunto por qué no hubo esa capacidad de respuesta de nuestra juventud, no hay que esperar que no los indiquen, que nos convoquen”.
“Debemos actuar en consecuencia con los tiempos, se debe reaccionar ante cualquier injusticia y en esto los jóvenes han de siempre marcar el paso, el camino. Esa es nuestra contribución, es la suma de pequeñas acciones contra la injusticia.
“Como revolucionarios debemos reaccionar como pueblo y al decir de mi padre siempre guiados por grandes sentimientos de amor. Ahora está la guerra que se le hace a la hermana Venezuela, y debemos estar alertas. Se viven momentos de mucha complejidad y no podemos claudicar ni permitirnos retrocesos, eso sería perder la cabeza. Hay que hacer como pedía mi padre miles de Viet Nam contra el imperialismo”.