Mediaba el 2016 cuando la Empresa Ganadera Camagüey encontró el paso seguro hacia el desarrollo. Ya no era la misma que había surgido en julio del 2003, con 93 búfalos y unas pocas elaboraciones en su haber. Ahora, la producción iba en alza y sus trabajadores estaban comprometidos con la idea de mantenerse entre los primeros productores de leche de búfalo en el país.
Todo iba bien –recuerda su directora, Oralmis Martín Hernández– pero nos sobrevino una tragedia: un brote de brucelosis en dos unidades: las unidades empresariales de base (UEB) La luz y Los Cocos. Hicimos cuanto estaba a nuestro alcance, desde mantener en cuarentena a los animales enfermos hasta limpiar a conciencia las áreas infestadas (incluso con fuego). A pesar de los esfuerzos no pudimos impedir la muerte de unas 300 novillas y 63 vacas”.
La brucelosis es una enfermedad bacteriana que puede transmitirse de las reses a los seres humanos. Su extrema peligrosidad obliga a sacrificar los animales afectados. Por suerte, desde hacía algún tiempo esta empresa centraba su atención en el animal del futuro: el búfalo, mucho más resistente a estas infecciones, hecho por el cual sus pérdidas no fueron tan grandes. Aún así, el crecimiento de la masa mermó y alrededor de 80 mil 600 litros de leche no se pudieron entregar a la industria.
A mal tiempo, buenos planes
El hecho de contar con un subsidio para paliar las pérdidas provocadas por la enfermedad no hizo que en la Ganadera se dejaran de buscar soluciones. Oralmis no dormía tranquila pensando en los compromisos de leche y carne que debía cumplir la entidad, y sobre todo en el efecto que tendría esa adversidad en el salario de sus más de 460 trabajadores.
“Los últimos sacrificios los hicimos en febrero del 2017. La pérdida fue grande, sin embargo cerramos el 2016 con más de 2 millones de pesos por encima de lo planificado en las ventas, ¿cómo lo logramos? Pues con la diversificación” , explica.
Primero, rescataron la producción de cerdo. De eso ya sabían algo, pues la habían desarrollado en la época en que formaban parte del entonces Ministerio de la Industria Azucarera. Aquella experiencia, y los meses de esfuerzo, les han permitido conseguir resultados concretos. Al cierre de este año esperan completar cerca de 4 mil cerdos y 300 reproductoras comercializados a través de un convenio con Acopio.
Ahí no se detuvieron. Cerca del 70 % de sus potreros estaba cubierto de marabú lo que era una limitación tremenda en el empeño de crecer. Pero lo que parecía un problema se convirtió en otra fuente de ingresos: con todo ese marabú han comenzado a producir carbón, obtener divisas y aumentar ingresos.
“Nuestro objetivo es producir comida, por lo que en esas áreas limpias, y donde haya agua, sembraremos plátano, malanga, lo que se pueda. Ya contamos con las primeras 70 hectáreas listas. Lo que buscamos es eficiencia para estimular a los trabajadores”, asegura Oralmis.
Metas altas…
Las misiones de esta empresa en perfeccionamiento empresarial son complejas. Entre sus objetivos se cuentan el ser los primeros del país en certificar su leche como inocua, lograr niveles de excelencia en cada renglón productivo y llegar al millón de litros de leche.
Uno de los responsables de convertir en realidad los planes es Yunior Labrada Blanco, director de la UEB La Luz, quien tiene en la calidad de la leche la razón de ser de sus días. Para lograrla, trabaja en el diseño de casas de acopio con los termos y pisos necesarios para mantener la higiene.
Además, incursionan en la elaboración de encurtidos, dulces y embutidos, estos últimos a partir del auge del cerdo, aunque sin abandonar a sus búfalos de siempre.
Este animal ya no es el agresivo con el que comenzaron, ahora son mestizos, más tranquilos y muy buenos productores de leche (algunas unidades promedian hasta siete litros diarios por animal).
Ana María Olazábal Ruíz, especialista en actividades pecuarias, asevera que eso es lo que se busca en la empresa: calidad genética y productividad. “Los animales están sometidos a una selección constante, que nos garantiza que aquellos con los que nos quedamos sean los mejores”.
Algunas personas tienen reservas para con los búfalos…
“En eso hay algo de malos manejos por parte de quienes debían cuidarlos y mucho de mito. El búfalo es el animal del futuro por su resistencia a las enfermedades y a la sequía, es capaz de comer hierbas que el vacuno no ingiere y engorda más rápido, sin hablar de que sus niveles de natalidad son superiores a los de las reses, y que siempre que se le trate con tacto pueden resultar más inteligentes y mansos. En el futuro quisiéramos contar con un centro de promoción de sementales, porque este es un animal muy efectivo pero del que aún nos falta mucho por aprender”.
… altos beneficios
“Todas estas alternativas que buscamos son para avanzar como empresa y motivar a nuestros trabajadores. Son producciones que tienen como destino fundamental el turismo, pero de las que ellos también disfrutan directamente”, cuenta Oralmis, la directora.
“Es parte de los muchos poquitos que deben conformar la atención al hombre –agrega–. Al final, más allá de los planes y las entregas, en ellos, los trabajadores, está nuestra razón de ser”.