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Sin tiempo para carceleros

López Rivera agradeció los esfuerzos del Foro de Sao Paulo en favor de la causa por su liberación.
López Rivera agradeció los esfuerzos del Foro de Sao Paulo en favor de la causa por su liberación.

Hotel Holiday Inn, Managua, Nicaragua. Días de julio, de reunión de la izquierda latinoamericana y caribeña, y más. Suceden abrazos, estrechones de manos, solicitud para tomarse fotos… Personas de todas las edades, jóvenes en mayoría, van al encuentro de un hombre gigante –más allá de estatura física—que responde con una sencillez asombrosa. Su nombre: Oscar López Rivera. Su razón de ser: amar a Puerto Rico al precio de la vida misma.

Tanto amor cura las heridas de este luchador independentista que pasó 36 años en cárceles de los Estados Unidos. Ahora es uno de los invitados –digo que de honor– a esta cita del Foro de Sao Paulo.

Cuando el evento se multiplica en sectores, todos los delegados lo quieren en sus salones, pero él decide acompañar a los jóvenes “porque ellos son el desarrollo y futuro de cualquier sociedad”, apunta. “Es reconfortante saber que la juventud de nuestros países está en pie de lucha. Duele, como sucede en Puerto Rico, cuando ocurre la fuga de cerebros, porque los jóvenes entre muchos compromisos tienen la responsabilidad de trabajar por la paz y el bienestar de este mundo todos los días”.

Los acuerdos de paz en Colombia entre el gobierno y las FARC-EP renuevan el optimismo de los hombres y mujeres de bien que buscan  consolidar  nuestra región como zona de paz, en consecuencia con la Proclama de la CELAC firmada por los presidentes latinoamericanos y caribeños, en La Habana, en enero de 2014. López Rivera valora altamente este hecho:

“Necesitamos un mundo de paz, pero sucede que los imperios no pueden existir  si no es con las guerras. Los complejos militares industriales  no solo usan los modernos medios y armas  que inventan; su finalidad es también venderlos.

“Los acuerdos de paz en Colombia tienen importancia más allá de las fronteras de esa nación. Ha sido una guerra prolongada en la que han confrontado generaciones. Si se logra la paz que merecen nuestros hermanos colombianos, el dinero que durante decenios se ha empleado en la guerra podrá utilizarse en beneficio del pueblo. Además, se demuestra que el diálogo es el camino a seguir  para vencer la violencia.

Respecto a la Revolución bolivariana  expresó que ese proceso emancipatorio hoy demanda solidaridad.

“Hugo Chávez creó una Venezuela con valores que tiene que seguir adelante, creciendo. Multipliquemos los esfuerzos; no podemos permitir que la injerencia de los Estados Unidos indique el futuro de nuestros países.”

Para este puertorriqueño 100% la lucha por la independencia no se detiene. Sabe que llevará tiempo y tesón pero mantiene intacto  sus ideales, sus convicciones.

“Estamos creando una carpa donde quepamos todos los que amamos a la patria. Nos enorgullecemos de ser puertorriqueños, bien fuertes en la defensa de nuestra identidad. En eso nos parecemos a los cubanos…, no olvidar que somos de un pájaro las dos alas.

“El amor a Puerto Rico tiene que ser el denominador común capaz de unir a los patriotas para lograr la descolonización. En el presente estoy organizando conversatorios por todo el país para, además de trasmitir ideas, escuchar las opiniones del pueblo sobre cómo debemos trabajar por la independencia. Al fin y al cabo todo dependerá de lo que hagamos juntos. No hay otro modo para obtener victorias que no sean la lucha y la resistencia. Somos muchos patriotas, tanto en la Isla como en la diáspora, los que llevamos bien adentro el amor a la patria y las ansias de libertad, independencia, justicia.

“Estados Unidos ni ninguna otra potencia puede venir a nuestra región a pretender ser dueños. Los gobiernos nacionales no deberían permitir bases militares extranjeras en sus territorios.”

Mientras más uno conoce la vida de este hombre, más lo admira. Los pasajes de firmeza, perseverancia, solidaridad, abundan. Cuando rozaba los 20 años de encierro, allá por el año 1999, le ofrecieron la posibilidad de clemencia, pero él no aceptó porque tal medida no incluía a otros dos patriotas puertorriqueños juzgados por su quehacer independentista: Carlos Alberto Torres y Haydeé Beltrán. Pasaron 10 y 11 años más para que salieran en libertad esos luchadores. Oscar continuó entre rejas.

“En prisión siempre tuve una filosofía; me dije: no daré mi tiempo a los carceleros. El tiempo es para mí, para ayudar a otros, contribuir a la causa de la independencia. Procuré no malgastarlo; emplearlo en cuidar mi salud, saber qué comía, hacer ejercicios físicos.

“Sí, viví años duros. Los primeros cinco apartado. Luego, de 1986 al 1998, estuve en una celda de 6×9 pies y  una cama de cemento. Solo me sacaban una hora, quince minutos al día a ver la luz natural. Durante la prisión me sometí a tres intervenciones quirúrgicas: dos de hernias y una de la visión.

“Una de las enseñanzas ganadas es que cuando el ser humano está en condiciones adversas va descubriendo las fuerzas interiores que posee. Así ratifica el compromiso de continuar la lucha. Uno se reafirma y dice para sí: Se puede, se puede.

“La mayoría de los presos en los Estados Unidos, yo diría que el 70 %, proceden de las comunidades latinoamericanas, asiáticas y afrodescendientes de ese país. Ello evidencia prejuicio, desprecio, discriminación. Contra nosotros las leyes se vuelven draconianas y nos sancionan a largas penas.”

Su presencia en Managua generó gran interés de la prensa nacional e internacional.

 

De los muchos años de cárcel, Oscar guarda con especial recuerdo los cuatro compartidos con el Héroe de la República de Cuba Fernando González Llort, en la Federal Correction of Terre Haute, Indiana.

“Conocer a Fernando allí fue la posibilidad de tener un amigo, fundir nuestras causas, acercarme a Cuba de algún modo, recibir solidaridad de su pueblo. Compartíamos lectura; a partir de una hábil maniobra convertíamos un pequeño radio AM en un equipo capaz de captar emisoras internacionales. Sobre todo por las noches sintonizábamos Radio Habana Cuba y escuchábamos muchos mensajes de aliento, nos manteníamos informados e intercambiábamos sobre los procesos que tenían lugar en la sociedad cubana por ese entonces.”

En cada declaración del patriota puertorriqueño durante los días del XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo sale a relucir Cuba, nación por la  que siente respeto y reconocimiento. Allí anuncia que visitará la Mayor de las Antillas.

“La Revolución cubana ha sido un ejemplo de lucha y resistencia, además de solidaridad con muchos países. Estamos organizando una visita a Cuba en noviembre próximo. Me motiva el viaje porque quiero trasmitir mi gratitud al pueblo y Gobierno cubanos. Y si es posible expresarle personalmente ese agradecimiento al compañero Raúl Castro Ruz.

“También quiero compartir con los Cinco Héroes, ratificar la condena al bloqueo y reclamar la devolución del territorio que ilegalmente ocupa la base naval estadounidense en Guantánamo. No puedo olvidar la campaña permanente desarrollada en Cuba por mi liberación.”

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