“La migración es ir hacia una nueva oportunidad”, así resume César Augusto, un argentino que vive en Paraguay, la decisión de desdibujar fronteras y salir del lugar de origen. El joven estudiante de Derecho compartió su experiencia en la plataforma Soy Migrante, una página web desarrollada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), donde se publican historias personales que no siempre visibilizan el dolor del desarraigo.
De acuerdo con el último informe acerca del tema divulgado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (2016), existen alrededor de 244 millones de migrantes en un mundo cada vez más interconectado. Aunque la cifra solo representa el 3 % de la población total del planeta, adquiere relevancia si se considera que aumentó en 70 millones desde el 2000.
Las causas que llevan al ser humano a la movilidad son diversas, e incluyen razones políticas, económicas y familiares. Según Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la actualidad el principal incentivo es la búsqueda de un empleo decente, aunque en la práctica los resultados puedan ser distintos.
Ante esa realidad, el fenómeno no debería ser considerado un problema: con políticas apropiadas podría contribuir al crecimiento económico y al desarrollo sostenible de las comunidades de origen y de acogida.
Sin embargo, los migrantes son uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Con frecuencia no tienen acceso a un trabajo digno, sufren violaciones de sus derechos, e incluso, pueden convertirse en víctimas de la trata de personas. Muchos pierden la vida en busca de oportunidades; hasta el 16 de junio de este año, por ejemplo, se registraban 2 mil 545 fallecidos, según la OIM.
Tal escenario implica desafíos complejos en términos de gobernanza, por ello la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible insta a una mayor cooperación internacional. En medio de ese contexto, y considerando su importancia, Trabajadores da respuesta a algunas interrogantes.
¿Cuál es la diferencia entre un migrante y un refugiado?
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) explica que ambos términos no se deben confundir, pues la diferencia no es solo semántica, sino también jurídica.
“Los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o persecución. Con frecuencia, su situación es tan peligrosa e intolerable que deben cruzar fronteras internacionales para buscar seguridad en los países cercanos”, aclara Acnur. Por el contrario, los migrantes eligen trasladarse principalmente para mejorar sus vidas al encontrar trabajo o educación, por reunificación familiar u otros motivos. No obstante, la OIM no tiene en cuenta esas distinciones y contabiliza una sola categoría.
Vale destacar que el vocablo “desplazado” se utiliza para hacer referencia a la persona que ha tenido que huir de su hogar, pero no ha cruzado la frontera de su país.
¿Cuáles son las principales naciones receptoras y emisoras?
El mencionado informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas precisa que más del 50 % de los migrantes se concentran en 10 países de altos ingresos: Estados Unidos, Alemania, Rusia, Arabia Saudita, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Francia, Australia y España. Por regiones, encabezan la lista Europa (76 millones), Asia (75 millones) y Norteamérica (54 millones).
Los principales Estados emisores son India, México, Rusia, China, Bangladés, Pakistán, Ucrania, Filipinas, Siria y Reino Unido. En tanto, por regiones liderean: Asia (104 millones), Europa (62 millones) y América Latina (37 millones).
Migración: ¿privilegio o derecho?
En marzo pasado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que la migración es un privilegio. La afirmación causó innumerables críticas debido a que, si bien no hay un instrumento jurídico a nivel internacional que establezca de forma completa el marco de gobernanza para este fenómeno, las normas internacionales reconocen el derecho de todas las personas a salir de cualquier país y a regresar al de origen. Ahora bien, el derecho a entrar a otro queda sujeto a las regulaciones de los Estados.
¿Cómo influye la migración en el mercado laboral?
Un manual para parlamentarios, elaborado por Naciones Unidas en el año 2015, indica que la migración beneficia a los países de destino con mayor disponibilidad de mano de obra barata, lo cual “ayuda a impulsar el producto interno bruto, estimula el desarrollo de las empresas y la creación de empleo”. También suple con población económicamente activa a territorios “envejecidos” y permite cubrir las necesidades de competencias específicas.
Mientras, en los Estados de origen, la migración podría abrir espacios para los que se quedan. Además, esas economías resultan beneficiadas por las remesas, aunque nada compensa el éxodo del personal más calificado y competente.