El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se manifestó indignado ante la reciente condena a nueve años y seis meses de prisión dictaminada por el juez Sergio Moro, por estar presuntamente implicado en la red de corrupción de Petrobras.
El líder del Partido de los Trabajadores reiteró que se trata de un intento de sacarlo del juego político, pero aseveró que pese a estos esfuerzos se mantendrá en la contienda electoral con vistas a las presidenciales del 2018, para las que es favorito según encuestas realizadas.
“Ellos no quieren condenar a Lula, quieren condenar un proyecto político que representa un avance”, dijo a periodistas y militantes de izquierda en la sede de prensa del Partido, y denunció que buscan destruir las conquistas de los trabajadores.
Movimientos populares y centrales sindicales convocaron manifestaciones en diversas ciudades del país en apoyo al exmandatario.
Para el analista Beto Almeida, el ataque contra Lula da Silva es un absurdo jurídico porque no se han encontrado pruebas; es una manera de anular todo lo que hizo para que los brasileños pudieran comer diariamente y tener una vivienda.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, señaló que el golpismo está arrebatando derechos laborales y políticos, pero el pueblo no se quedará sin Lula.
Asimismo, la senadora uruguaya Lucía Topolansky afirmó que no hay pruebas que lo incriminen y vinculó el procesamiento a su popularidad ante las futuras elecciones presidenciales.
También la principal central sindical de Uruguay, PIT-CNT, expresó su solidaridad con el exmandatario y repudió la condena que consideró arbitraria e ilegal. | GCL con información de Telesur/EFE/ PL