Un ejemplo de falta de visión integradora analizaron los diputados de las comisiones agroalimentaria y de atención a los servicios del Parlamento cubano: creció este año la cosecha de mango, pero la industria procesadora de alimentos no ha podido asimilar los niveles de esa fruta, pues carece de los envases necesarios.
Mango que se cosechó y no se procesó. El producto se perdió, pues ni siquiera se aplicaron variantes para su venta como fruta fresca a la población. Incluso sus precios actuales se mantienen altos.
Por demás, el pasado año la agricultura logró unos 59 millones de litros de leche por encima de lo planificado y en determinados lugares ─en una cooperativa agropecuaria de Quemado de Güines, , por ejemplo─ en un día del pasado mes se perdieron mil 200 litros porque la industria láctea no disponía de transporte para su traslado a la planta.
Parecería un problema más, pero no lo es. “Es algo inaudito, dijo el diputado Israel Pérez, de Yaguajay. No podemos seguir botando comida. En la mayoría de los poblados cubanos hay alguna mini industria capaz de procesar cosechas como la de mango, de ahí que haya que buscar alternativas. El año que viene probablemente haya más mango y leche que ahora y no se puede perder”, dijo.
“La industria láctea en Villa Clara no ha respondido al alto financiamiento que se le dio”, indicó un diputado. “El llamado es a crecer en las producciones de frutales y si no se le pone todo el financiamiento que lleva la industria, entonces el año próximo perderemos más frutas o vegetales”, subrayó otro parlamentario.
Resultó evidente que el principal problema está en la necesaria correspondencia entre la producción y la capacidad de la industria para su procesamiento, algo que actualmente acusa evidentes dificultades, en especial por falta de envases proporcionados también por una industria nacional altamente deprimida.
Directivos del Ministerio de la Industria Alimentaria y la Pesca explicaron al Parlamento sus previsiones productivas para los años venideros, especialmente las inversiones y esfuerzos para aumentar capacidades de procesamiento.
Resaltaron que los programas de recuperación de capacidades comenzaron en 2014 por las industrias cárnica y láctea debido al alto peso de sus importaciones. “No podíamos abarcar inicialmente el resto de las industrias ─incluyendo la de vegetales─”, puntualizó Iris Quiñonez, presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria.
En tal sentido Esteban Lazo, presidente del Parlamento cubano, indicó que si el país tiene incrementos en sus producciones agropecuarias, tiene que haber una respuesta de la industria.
“Estamos trabajando ─dijo─ en los planes hasta el 2030, de ahí que hay que saber cuál es la proyección de la agricultura y si lo que proyecta la industria procesadora se corresponde con aquella previsión”.
En el 2017 se garantizará solo el 63% del plan de envases de hojalata
En los últimos 4 años la demanda de envases de hojalata para el envasado de conservas, pulpas, curtidos y dulces en almíbar, entre otros, tuvo un crecimiento del 332 %, alcanzando los 57 millones 600 mil unidades en el 2017, de los cuales el 90 % están dirigidos a los ministerios de la Agricultura y la Industria Alimentaria, informó Eloy Álvarez Martínez, viceministro de Industrias.
Agregó que para el 2017 y de acuerdo con las posibilidades existentes se respaldaron en el plan de la economía 25 millones 45 mil envases, que representan solo el 43.5 % de demanda presentada.
Con las medidas adoptadas se prevé cumplimentar el 63% del plan del año en los envases de hojalata y adicionalmente garantizar la entrega de 30 mil bidones plásticos, los que se minimizarán las afectaciones, teniendo en cuenta que la demanda es superior al plan previsto. Por tanto ay que buscar alternativas, incluida entre ellas la exportación de frutas frescas y su venta a la población. El quid del asunto está en armonizar las acciones a fin de no perder productos.
