La Galería Habana (Línea entre E y F, Vedado) acoge hasta finales de este mes Mírame así, una exposición que reúne dibujos y pinturas de dos de las más célebres series del gran pintor cubano: las Habaneras y los Guajiros.
De la sensualidad de la línea de Servando Cabrera (1923-1981) se ha hablado mucho. Sus curvas estilizadas y elegantes resultaron ideales para recrear la belleza de la mujer y el hombre, en un ejercicio que llegó a ser polémico por la carga erótica de algunas de sus obras.
En Mírame así están piezas esenciales, que seguramente el público identificará, pero también otras menos conocidas, pertenecientes a colecciones privadas. Servando era un pintor prolífico, y solía obsequiar a sus amigos con sus obras.
Las series se fusionan aquí y allá, porque en algunos cuadros aparecen, en cálida armonía, habaneras y guajiros. La marca de un estilo es evidentísima, esa decidida idealización de las personas y el contexto, expresada en trazos fluidos, que nunca terminan en angulosidades.
En las palabras al catálogo, Neida Peñalver afirma que estas obras «destacan por su deliberado efecto mimético y contagioso, una evocación clara al espíritu y la belleza de nuestras mujeres y (nuestros) hombres, nuestra geografía, nuestro ser cotidiano que vaga por ambientes citadinos repletos de nombres, gentes, expresiones de lo popular y de una Cuba entrañable».
Galería Habana, como tantas otras instituciones culturales cubanas, celebra este año su aniversario 55. Y esta exposición recuerda un hito en la ya larga historia del centro: fue aquí donde Servando expuso por primera vez su serie de Habaneras.
La galería está muy ligada al itinerario creativo de este pintor. Completa la muestra un testimonio documental de importantes exposiciones suyas, proyectado sobre una de las paredes.
La casi treintena de piezas que conforman «Mírame así» se exhibirá hasta el 28 de julio, gracias al empeño común de Galería Habana y el Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno.
