Las cartas anónimas hay que investigarlas, es una necesidad, pues se dan en los centros laborales cuando no hay confianza en las administraciones, o porque estas se proyectan de forma inadecuada en el momento de recibir una queja, expresó Viviane García Castro, Jefa de dirección de Atención a la Población en la Contraloría General de la República (CGR), al clausurar el segundo taller que sobre el tema organizó la Empresa BioCubaFarma.
Sin embargo, en nuestro órgano han aumentado las quejas y denuncias identificadas, evidencia de una creciente atención y solución a quejas en el sistema empresarial, precisó.
También les llegan muchas inconformidades sobre la aplicación de medidas disciplinarias y otros temas laborales, lo cual no resulta competencia de la institución. Esto se da debido a las causas expuestas anteriormente, y a la falta de explicación adecuada y a tiempo, o porque los afectados desconocen a quién dirigirse: los órganos de justicia laboral en primera instancia, y en dependencia del caso, a los tribunales, dijo la Contralora Jefa.
La funcionaria recordó que la CGR atiende los planteamientos de la población relacionados con actos de presunta corrupción administrativa u otras ilegalidades vinculadas con el uso incorrecto de los recursos materiales y financieros públicos.
Queja: punta del iceberg
Los participantes coincidieron en la importancia de ese tipo de taller, que da la oportunidad de profundizar en cómo funcionan esa área y otras de los organismos, pues como recalcó Adis Nubia Neyra, directora general de la Empresa Comercializadora de Medicamentos, la reclamación puede ser solo la punta del iceberg, y no debe verse como un problema.
Cuando llega ─subrayó─, obliga a investigar, porque es la oportunidad de identificar errores e insuficiencias, de preguntarse qué falló hacia lo interno y de mejorar.
Precisamente el encuentro centró sus análisis en el impacto de la comunicación al atender a la población y en la prevención de quejas, denuncias y peticiones, en tanto herramienta básica para lograr crecientes resultados positivos, a lo cual contribuye, sin duda, que los trabajadores se sientan respetados y escuchados.
Al respecto ya había hecho referencia la máster Bárbara González Carnel, directora de cuadros de BioCubaFarma, quien explicó que por la imbricación de los asuntos, la convocatoria era con el propósito de examinar aspectos relacionados con el control interno, las quejas, las indisciplinas y la necesidad de informar a los trabajadores de forma adecuada.
De hecho ─ significó─, en lo que va de año la entidad ha recibido 87 quejas, 34 de ellas concernidas a la aplicación de sistemas de pago.
Por eso varios de los ponentes enfatizaron en la importancia de que en todas las unidades empresariales se utilicen los espacios de comunicación y reflexión, léase matutinos y reuniones de afiliados y de representantes.
Los trabajos presentados concatenaron aquellas exigencias con los imperantes de la producción, los sistemas de gestión de la calidad y el control interno, en particular la contratación, tanto interna como externa, una de las vías fundamentales proclives de favorecer hechos delictivos y de corrupción, sobre lo cual abundó el equipo de panelistas de la Dirección Jurídica del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
En tanto se vean las causas y condiciones propiciadoras de delito se podrán identificar las medidas para erradicar o minimizar esos hechos, porque de lo contrario, pasado un tiempo pueden repetirse, significó Ana Gloria Gómez Cruz, subjefe de Atención a la Población en la CGR.
Expresó que es ineludible ver el control interno como un sistema de renovación constante, además de generalizar las experiencias y resultados en ese sentido, no quedar en el ejemplo del caso, acerca de lo cual se pronunció Nancy Sotolongo Águila, jefa del grupo de secretaría de Atención a la Población en BioCubaFarma, quien expresó que esa política se lleva a cabo en la entidad.