Desde ayer y hasta el 9 de julio se realiza en la capital el XXIII Festival Nacional del Humor Aquelarre 2017, evento esperado por los amantes de este género, que refleja, de alguna manera, el devenir de la sociedad cubana.
Trabajadores conversó con Luis Alberto Labrada Ramírez, subdirector del Centro Promotor del Humor (CPH), quien enfatizó la labor investigativa de los comediantes para ofrecer un buen espectáculo, pues la inspiración y el ingenio no solamente influyen al hacer un buen chiste.
El Festival está dedicado a Onelio Jorge Cardoso y Jesús Orta Ruiz, ¿qué impronta han dejado estas dos figuras en el humor cubano?
Nuestro trabajo va más allá, incluso, de estas personalidades, que son mitos para Cuba. Este año se dedica al humor costumbrista y tanto Onelio como el Indio Naborí dejaron disímiles enseñanzas en esa forma de concebir el humor.
¿Cuánto ha ganado el Aquelarre como festival?
Muchísimo, al principio se hacía solamente humor escénico. A veces la gente piensa que el arte de hacer reír es algo simple, pero se ha demostrado que es muy complejo y lleva una labor de investigación profunda, y de ahí el evento teórico. También se incluyen el humor gráfico, la literatura, la radio y la televisión.
El Aquelarre es un evento nacional, ¿no han pensado que adquiera alcance internacional?
El Festival está concebido para el humor cubano y, además de enriquecerlo, mostrar las mejores obras del año, prueba de ello es el documental que concursará en el apartado audiovisual, del periodista José Alberto Piñero, en conjunto con el CPH.