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Circo para todos

Con la entrega de los premios ha concluido Circuba 2017 en la capital. Son muchos galardones, difícilmente algunos de los números regresarán a su país sin un reconocimiento. Circuba se consolida como el más importante festival de su tipo en el continente, uno de los más grandes y significativos del mundo. Y en Cuba, desde hace  años, es una de las principales opciones del verano cultural.

Precisamente ahora comienza la gran gira que organiza el Circo Nacional por varias provincias del país. El espectáculo que se presentará pretende romper con convenciones del circo más tradicional. De hecho, plantea un nuevo concepto dramatúrgico.

Habría que ver cómo se concreta, de qué manera lo asume el público. Pero lo cierto es que, como hemos dicho varias veces en este semanario, el circo cubano tiene por delante el gran reto de renovarse, al menos desde los puntos de vista estético y conceptual.

Tenemos un gran privilegio: una Escuela Nacional de Circo, prácticamente única en América Latina. Los profesionales que forma tienen una excelente preparación técnica. Hasta el punto de que muchos de ellos integran los elencos de las más relevantes compañías del mundo.

Sobra adrenalina y virtuosismo. Pero, hay que decirlo, sería bueno un poco más de vuelo lírico y metafórico. Buena parte de los espectáculos que se presentan aquí están demasiado atados a añejas concepciones del arte circense, que de alguna manera siguen funcionando, pero que los artistas de la vanguardia de este arte en el mundo han superado hace tiempo.

La buena noticia es que hay potencial.

El circo es un entramado múltiple, que aúna muchas artes: la danza, el teatro, la música, el audiovisual; concebirlo como una pura consecución de números vistosos, por más que estén bien ejecutados, lo reducen al nivel de un espectáculo de feria. Y está visto que puede ser mucho más que eso.

Eso no significa, por supuesto, que se traicione la esencia del circo más tradicional. La tensión por la complejidad y el riesgo de una demostración son consustanciales a esa expresión. Pero insistimos: en Cuba queda por hacer.

La gala de apertura de esta edición del Circuba, en la que participaron bailarines de la compañía de Lizt Alfonso, fue una experiencia que puede abrir caminos.

Habrá circo en Cuba para rato, pero la aspiración es que sea cada vez un circo mejor.

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