Los miembros de la Liga Islámica de Cuba (LIC), seguidores de las doctrinas del Profeta Muhammad, celebraron en la Sala de Rezos del Centro Histórico de la Habana Vieja la festividad del Aid Al Fitr, con la que culmina el sagrado mes de ayuno del Ramadán, uno de los cinco pilares fundamentales de esa religión.
El ayuno, establecido en el Corán, libro sagrado de los musulmanes, se inició a finales del pasado mes de mayo y ha sido observado por más de mil 200 millones de fieles en todo el mundo.
En esta actividad religiosa, realizada por el fin del período de abstinencia, participaron los integrantes de la comunidad cubano-islámica, miembros del cuerpo diplomático acreditado en Cuba y estudiantes de diversos países de África, Asia y el Medio Oriente, que se capacitan en centros educacionales de nuestro país.
Durante el tiempo de ayuno, los fieles se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales en la parte del día comprendida entre el amanecer y la puesta del Sol. Los niños y los enfermos no están obligados a cumplir estos preceptos.
Para los creyentes del Islam, este es un período de purificación, fortalecimiento de la fe, plegarias y meditación; de práctica de la caridad, peregrinación a las mezquitas y santos lugares, a la fraternidad y solidaridad humana, la unión y el júbilo familiar
El Imán Yahya Pedro Lazo Torres, presidente de la LIC, oficializada en la década de los años 90, significó que el mes del Ramadán en Cuba estuvo dedicado también a la observación de esos deberes religiosos y a uno de los factores más importantes y necesarios para toda la humanidad, la preservación de la paz universal.
En cuanto al ejercicio de todas las actividades propias de la Liga Islámica y sus miembros, señaló que estas tienen lugar en sus hogares o en el Centro de Rezos Abdallah, en la calle Oficios, adscripta a la Oficina del Historiador de La Habana, sin restricción alguna y plena de respeto a sus creencias, porque Cuba es ejemplo de libertad religiosa.