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Ocho roturas en la Liga Can-Am

No es para infartarse, pero en terapia intensiva estamos todos los seguidores del béisbol por estos días. ¡Ocho derrotas, ocho roturas, ocho descalabros, una tras otro! ¿Es tan malo nuestro equipo en comparación al año anterior? ¿Subió tanto la calidad de la Liga Can-Am? ¿Qué anda fallando tanto para no conseguir victorias y ni siquiera pelear cerradamente los marcadores?

Este domingo el partido volvió a ser la copia al carbón de los últimos en tierra canadiense. Derrota aplastante (14-6), el abridor Vladimir Baños no pasó de la segunda entrada y aunque el equipo repuntó a la ofensiva —pegaron 17 hits por 14 sus rivales— la defensa se comportó como si fueran escolares (6 errores); en tanto sus contrarios, los Campeones de Otawa, fueron productivos como nadie en el séptimo episodio, cuando marcaron racimo decisivo de siete anotaciones.

Lejos de filosofar desde la distancia sobre qué puede estar sucediendo en el estado anímico de una selección joven, pero talentosa, lo visible sigue estando en el pitcheo, bateado con facilidad en este certamen al punto que han permitido 79 carreras en 95 entradas, 67 de ellas limpias.

Asimismo es previsible que, de no ocurrir una reacción total, todos esos indicadores empeoren en lo adelante, pues esta semana comenzaremos a enfrentar desde el martes a los mejores conjuntos en la tabla de posiciones: Mineros de Sussex (14V-14D), Chacales de Nueva Jersey (18V-11D) y Rockland Boulders (22V-8 D).

Esta liga goza de un nivel superior a las Series Nacionales y para algunos especialistas está más pegada a triple A que a cualquier otra clasificación. Sin embargo, lo que ha venido sucediendo con Cuba no tiene nada que ver con la calidad del torneo, pues otros jugadores nuestros, insertados en los equipos, se encuentran rindiendo a las mil maravillas: Yordan Manduley, Alexander Ayala, Lázaro Blanco y Julio Pablo Martínez. Solo Miguel Lahera no ha lucido estelar.

¿Habrá que buscar las causas en el tipo de preparación previa o en  alguna que otra equivocación en la confección de la nómina? Pudiera ser, pero ahora del infarto solo se saldrá con triunfos y un trabajo colectivo, inteligente y preciso del grupo que está dirigiendo.

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