pudieran visitarlo. Fotos: Agustín Borrego
Afuera no existe el nombre que lo identifica —como lo tienen otros tantos sitios de la ciudad—; no obstante, algunos de los miles de turistas y otras personas que desandan las añejas calles de Trinidad se adentran en el antiguo convento de San Francisco de Asís, convertido en el
(MLCB), único de su tipo en el país.
Está la huella de los combates, de los asesinatos cometidos por los contrarrevolucionarios contra maestros y pueblo indefensos. Los rostros de Manuel Ascunce Domenech, Pedro Lantigua y Alberto Delgado son el testimonio del salvajismo de los bandidos.
En las vitrinas, ya necesitadas de restauración, permanecen las fotos de una pléyade de combatientes que murieron durante el intenso enfrentamiento contra las bandas que fueron instigadas y armadas por el Gobierno estadounidense contra la Revolución.
Antecedentes de la Lucha Contra Bandidos, personalidades que sobresalieron en aquellos hechos, las cuatro etapas en que se desarrollaron los acontecimientos y una galería de los mártires, son parte de las cinco salas que existen.
Valioso sería que la institución, que dispone de recursos humanos excelentes, pudiera contar con medios tecnológicos (dígase computadoras, fotocopiadoras, escáneres) que les permitiera una mejor preservación de sus objetos. Conservar ese patrimonio, único de nuestra historia, es imprescindible.
que trasladaba avituallamientos para los bandidos.
