Texto y fotos: Karel Leyva, Roly Ávalos y Pedro Péglez
Del 6 al 10 de junio la ciudad de Sancti Spíritus se convirtió en el escenario del V Festival Internacional Toda luz y toda mía, probablemente el único de su tipo en Cuba, puesto que en su programa equilibra actividades en torno al desempeño de los papeles de la décima en la oralidad y la décima en la escritura. En los encuentros teóricos se analizan, también, ambas formas de creación.
El Grupo Toda luz y toda mía es presidido —desde noviembre del 2011, fecha en que cristalizó el proyecto— por Merari Mangly Carrillo, escritora, diseñadora y editora. La agrupación realiza desde entonces una acción artístico-literaria cada mes, y a partir de mayo del 2013 organiza anualmente su festival, que incorpora el guateque campesino y la serenata nocturna como parte de la tradición espirituana, además de encuentros con talleres de repentismo infantil y otros espacios que defienden y cultivan la décima desde otras manifestaciones (literatura, artes plásticas, música), con el apoyo del Centro Provincial del Libro, la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Universidad José Martí Pérez, de Sancti Spíritus, y el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.
En esta ocasión el festival se dedicó al 50 aniversario del Museo de Arte Colonial de Sancti Spíritus, a las canciones y rondas tradicionales infantiles, a la escritora Olga Lidia Pérez y al poeta improvisador Raúl Herrera. Hasta el patio de la fuente en ese museo de la ciudad del Yayabo, se fueron en la noche inaugural los amantes de la estrofa de diez versos para tributarles honores. Poetas integrantes de la anfitriona Toda luz y toda mía unieron sus voces a otros del grupo nacional Ala Décima y de varios territorios —participaron creadores de seis provincias cubanas, así como la significativa poeta e investigadora argentina Teresita Mabel Saint Esteben—, tanto en la velada inicial como a lo largo del programa, y desde la escritura o desde la oralidad rindieron culto a la poesía decimística.
En particular brilló la actuación de los improvisadores Nelson Lima, Héctor Peláez, Luis Paz (Papillo), Raúl Herrera, Abel Amador y Maikeidly Díaz Coca, junto a los músicos de la Parranda Típica espirituana, el coro Flor y sus Maravillas, de la cátedra del adulto mayor provincial, la agrupación musical Sincopasón y el Dúo D´Gómez, que en este año festeja su medio siglo. Todo este elenco acompañó al V Festival Internacional Toda luz y toda mía en sus cuatro días de agenda. Entre las tantas décimas que se improvisaron a los homenajeados en la cita de apertura, estuvo esta del repentista camagüeyano Héctor Peláez:
Hablar de Olga Lidia Pérez
y hablar de Raúl Herrera
es ponerle otra bandera
al mástil de los deberes.
Es atar con alfileres
la guayabera del viento
y es, con el solo instrumento
del dúo tradicional,
levantar un pedestal
a la gracia y al talento.
El espacio teórico
La habitual sesión de intercambio de experiencias y reflexiones, como siempre conducida por el poeta y ensayista espirituano Antonio Rodríguez Salvador (Chichito), en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, abrió con las palabras de Martha Cuéllar, directora del Museo de Arte Colonial de Sancti Spíritus, quien hizo la novelesca pero real historia del árbol genealógico de la familia Valle Iznaga, propietaria de la mansión donde hoy radica el museo, relevante por su majestuosidad arquitectónica del siglo XIX. Conmovedores momentos fueron la ponencia de Teresita Mabel Saint Esteben, que nos regaló una valoración hermosa de José Martí y su obra Ismaelillo, así como el aporte de la investigadora Saylí Alba, quien radiografió la vida y la obra del repentista Raúl Herrera, por cuya impronta ha merecido el respeto y la admiración de todo el pueblo espirituano.
De indudable interés fue la propuesta del escritor Karel Leyva, con un acercamiento a la música infantil como proceso social formativo de la identidad cubana. La multiplicidad de herencias que llegan a través de los corros, cantos de cuna, juegos para bebitos, rondas y juegos musicales, denominados en su conjunto como música infantil, examinó el ponente en su situación actual, ante el empuje de la industria cultural y las trasformaciones de la era moderna.
El guateque por el Día del Campesino
Un verdadero jolgorio para los habitantes de la comunidad campesina de la cooperativa de créditos y servicios Ventura Guerra fue la tarde y noche de intercambio con el elenco presente en el V Festival Internacional Toda luz y toda mía. La cooperativa está enclavada en Arroyo Blanco, donde la historia de la guerra del 95 tiene relevantes momentos que deben permanentemente ser revisitados, y donde nació también el punto parrandero Mambí, el más antiguo de la isla. Una cátedra centenaria como es la Parranda Típica de Arroyo Blanco (Los Sánchez), devino curso por donde discurrieron las creaciones improvisadas de una decena de poetas entre ellos Nelson Lima, Héctor Peláez, Luis Paz (Papillo), Raúl Herrera, Abel Amador y Maikeidly Díaz Coca.
Los miembros de la cooperativa Ventura Guerra recibieron a estos creadores y en diálogo informal nos acercaron a los hechos que se sucedieron en la etapa final de la gesta organizada por Martí y que en los últimos días del año 1898 escenificó en estos valles encarnizados combates que definieron la futura posición de los criollos ante la nueva invasión que se comenzaba a experimentar y la definitiva independencia de la metrópoli española. El pequeño aporte de este festival sirvió para celebrar la aplazada fiesta del día del campesino coincidiendo felizmente con la jornada nacional por el día del bibliotecario, en honor a Antonio Bachiller y Morales.
La Colección Sur Editores acercó hasta el lugar su título La ingrávida estructura, otra de las contribuciones al evento, que abrazó la poesía oral y escrita en la estructura espineliana para transmitir, analizar y defender nuestro legado cultural.
Tributo al Guerrillero Heroico
Momentos especiales fueron los dedicados a honrar las cinco décadas del asesinato del Comandante Ernesto Che Guevara, con la presentación del volumen Cien poemas al Che, preparado por la Colección Sur Editores, así como el audiovisual El Che declama a Vallejo, y la charla El Che y la literatura, impertida por El Chino Yeras, en los salones de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Allí mismo, en otro momento del programa, fue inaugurada por el escritor Hermes Entenza la muestra Alianzas, de cuadros decimados, con obras de artes visuales de Carlos Serra y Alain Delgado en los cuales se inspiraron para escribir sus décimas varios autores de diversas latitudes.
Presentaciones de libros hubo además en el contexto de una visita dirigida al Museo de Arte Colonial de Sancti Spíritus, con poemarios como Autorretrato con soneto, de Marco Antonio Calderón, presentado por el poeta y trovador Pável Esquerra; Todo sin límites, de Sonia Hernández (por Rosa María García); y Desde la gleba y el libro, del poeta popular Ildefonso Díaz (Tico), por el poeta y periodista Jesús Arencibia.
La premiación del concurso
La sede de la UNEAC acogió también un momento trascendente de estos festivales: la ceremonia de premiación del concurso de décima escrita Toda luz y toda mía, cuyo lauro principal en esta sexta edición correspondió a la autora Luisa Oneida Landín Ramos, de La Habana, por su conjunto Pan nuestro de lo inasible, el cual, según el acta del jurado, se afilia “a la vertiente de la poesía de evocación familiar, mediante un corpus de transcurrir sosegado en el cual el luto filial termina por convertir al sujeto lírico en una dicotomía SER/CASA, de modo que lo lacerante y el ente lacerado se transforman en uno solo e indivisible, origen y final al mismo tiempo, con lo que la obra rebasa la elemental rememoración para avanzar a planos más gananciosos en el orden existencial”.
El jurado, integrado por los poetas Antonio Rodríguez Salvador (Chichito), Alejandro González Bermúdez y Pedro Péglez González, entregó además primera mención a la obra Asilo de alienados, del reconocido autor holguinero Ronel González Sánchez, mención a Miguel Ángel González, de Sancti Spíritus, y una mención honoraria a la autora nonagenaria Brígida Lorenzo Guillén, también espirituana. Asimismo otorgó los siguientes premios colaterales:
Premio de tema martiano, por la Universidad José Martí, al cuaderno Cuarteadura, de Mayelín Barrera, de Las Tunas; Premio del grupo de mujeres Décima al filo, al texto Pan nuestro de lo inasible, de Luisa Oneida Landín; Premio Solidaridad, para autor no residente en Cuba, a la obra Soliloquios de Robinson Crusoe, de Arístides Valdés Guillermo; Premio del Grupo Ala Décima, para autor joven, a El mar en el espejo, de Rolando Ávalos Díaz, de La Habana; y Premio de tema rural, del Grupo Nacional de Escritores Rurales, a Con la angustia a sotavento, de Celestina García Palmero, de Sancti Spíritus.
La clausura en serenata
Otros muchos momentos enriquecieron este V Festival Internacional Toda luz y toda mía, entre los cuales no faltó el humor mediante la escenificación del dúo Los cariduros y las conducciones de Noelio Ramos, también director de la local Editorial Luminaria.
El cierre de la extensa y polícroma agenda fue, como ya es habitual en estos eventos, el rescate de la tradición espirituana de la serenata, que en esta ocasión tocó en la medianoche final a las puertas del hogar del relevante músico Marcelo Lamas, maestro de generaciones en los instrumentos de cuerdas.
ANTERIORES PREMIOS DEL CONCURSO TODA LUZ:
1.- 2012.- Espacio exterior, de Diusmel Machado Estrada.
2.- 2013.- Los trabajos distantes, de Pedro Péglez González.
3.- 2014.- Amar, temer, partir, de Junior Fernández Guerra.
4.- 2015.- Fugas, de Elizabeth Reinosa Aliaga.
5.- 2016.- Colmillos de costa, de Alexander Jiménez del Toro.
ACCIONES RECIENTES DE ESTE GRUPO:
—Toda luz y toda mía de enero. Homenaje a José Martí
—Toda luz y toda mía de febrero. Mambises, rebeldes y San Valentín
—CONVOCADO V FESTIVAL TODA LUZ Y TODA MÍA
—Toda la luz para Décima al filo. Dedicado a la mujer decimista