El boxeo cubano tiene en el mes de junio uno de los momentos más intensos dentro del calendario de este 2017. De un lado acaba de culminar otra edición del prestigioso torneo Giraldo Córdova Cardín (distante en cuanto a la calidad de los púgiles inscritos, en relación con certámenes de antaño), del otro apenas arrancó el campeonato continental en Tegucigalpa (que otorga cupos a la cita del orbe de agosto en Hamburgo), mientras que en el centro de la diana se encuentra dirimir la corona ante los Astaná Arlans de Kazajistán, en la VII Serie Mundial de Boxeo (WSB).
A este último acontecimiento queremos dedicar las siguientes líneas motivados de manera especial por la posibilidad de que los Domadores hagan historia si derrotan a sus rivales euroasiáticos y obtienen así su tercera diadema en estas lides.
De hecho los kazajos también podrían agenciarse su tercer triunfo en la emotiva competición (algo no logrado por ninguna escuadra) lo que anticipa una dura batalla entre ambos elencos en pos del preciado pergamino.
Los Arlans se impusieron en la tercera WSB, pasando en la final por encima de los Otomanos de Ucrania, y en la quinta al aventajar de forma cerrada a los nuestros 6-4 en el tope conclusivo.
La tropa de Rolando Acebal acumula en sus vitrinas el triunfo en la cuarta, cuando superaron en la ronda del adiós a los Bakú Fires de Azerbaiyán en su debut en estas citas, y en la sexta versión del pasado año, en la cual desbancaron en el tramo definitorio a los Corazones de León británicos.
Dicho en otro lenguaje: esta es la cuarta ocasión consecutiva en que los actuales exponentes de la escuela cubana de boxeo (que tiene en Alcides Sagarra su referente pedagógico más elevado) disputan el título, en clara evidencia de la seriedad y constancia con que encaran un evento marcado por constantes viajes y donde la preparación técnico-táctica es esencial en cada presentación sobre el encerado.
La hora de la verdad en esta oportunidad está pactada para el 23 de junio en el coliseo de la Ciudad Deportiva, al tiempo que sus oponentes actuarán como anfitriones el primero de julio.
Como peculiaridad está el hecho de fungir de locales en el C-1 (los tres matches que los antillanos perdieron durante toda la justa fue en ese formato, dos veces ante los Heroicos de Colombia, y una con los Tigres de Uzbekistán) y como huéspedes en el C-2 (52, 60, 69, 81 y +91 kg).
En cualquier caso me aventuro a emitir un pronóstico: nuestros Domadores lo tienen todo para alzar un nuevo triunfo, con independencia de la calidad de sus adversarios. Ya veremos qué conjunto rubrica mayor solvencia dentro de los cuadriláteros en el instante en que no es posible errar.