En el aniversario 56 de la fundación del Ministerio del Interior, recordamos el discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el Acto conmemorativo del X Aniversario de la creación del MININT, celebrado en el teatro de la CTC, el 6 de junio de 1971:
El cúmulo de tareas y la importancia que constituyen el contenido de trabajo del Ministerio del Interior es tal, que no resulta fácil sintetizarlas en pocas palabras.
Nosotros queremos señalar, en primer término, que los compañeros del Ministerio del Interior libran incesantemente, día a día, hora por hora, minuto por minuto, una lucha incesante. La vienen librando desde hace 10 años. La vienen librando incluso desde hace más años, cuando se constituyó el embrión de lo que más adelante sería ya el Ministerio del Interior. Una lucha incesante contra un enemigo que no da tregua en ningún sentido, tanto en el campo de la actividad práctica como en la actividad ideológica: es el imperialismo, es la contrarrevolución.
Presta otros muchos servicios adicionales, como fueron expresados aquí en la noche de hoy, tales como el servicio de protección de incendios, los servicios de tránsito, y en fin… Por eso decía que las actividades del Ministerio son muy amplias y se caracterizan por ese aspecto: el de ser una lucha incesante del pasado, del presente y del futuro”.
“Y esa lucha ha sido una lucha, decíamos, sin tregua. Con razón nosotros podemos hablar hoy de los veteranos del Ministerio del Interior, con razón podemos conceder a varios compañeros, ya hoy día a miles de compañeros, ese diploma distintivo de los 10 años de servicios intachables a la Revolución desde el Ministerio del Interior, puesto que la actividad que ustedes desempeñan se realiza incesantemente todos los días.
Con el triunfo de la Revolución se crean condiciones enteramente nuevas, con el triunfo de la Revolución se establece una identificación entre la policía y el pueblo, una identificación entre la policía y las masas, una identificación de intereses tanto en lo político como en lo social, una identidad de intereses tanto en la lucha contra el enemigo imperialista, tanto frente a los enemigos de la Revolución ideológicamente y prácticamente, como frente a los enemigos de la ley común, los enemigos del orden, los enemigos de las leyes por motivaciones de cualquier tipo. Esa identificación se produce en todos los órdenes.
Esa identificación de los órganos de poder: de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y nuestro Ministerio del Interior con el resto del pueblo, organizado en sus organismos de masas, crea esa fuerza indestructible, crea esa fuerza invencible. De ahí emana el poder de la Revolución. Esa es la esencia de las victorias de la Revolución.
Pero tenemos también las otras obligaciones del Ministerio del Interior, las otras actividades a que hacíamos referencia, los otros servicios que presta al país: la lucha frente a los vicios, a las lacras, la lucha frente a la delincuencia común, la lucha frente a las violaciones de la ley, la lucha frente a las violaciones del tránsito, la lucha por la protección de la propiedad socialista, de los intereses de los ciudadanos, de la tranquilidad y de la paz de los ciudadanos, la lucha por la seguridad de nuestros ciudadanos. Ese es otro campo en que desenvuelve su actividad el Ministerio, y en el cual nos queda un largo camino por recorrer.
En estos primeros años, la atención de las cuestiones y de las actividades contrarrevolucionarias ocupó el peso principal de la atención, ocupó el peso principal del esfuerzo. No quiere decirse que se descuidaran las otras actividades, pero incuestionablemente que las actividades contrarrevolucionarias ocuparon el peso principal de la atención y del esfuerzo.
En los años venideros, junto con la lucha frente a la contrarrevolución, debe ocupar un lugar fundamental, un lugar igualmente importante, un lugar igualmente decisivo, la lucha frente al delito común, la lucha frente a las actividades antisociales. Y que, como les decíamos anteriormente, ocupará también durante mucho tiempo nuestro esfuerzo.
Compañeros modestos, humildes, honrados a carta cabal, con plena conciencia política de sus funciones y de sus trabajos, plenamente identificados con el pueblo, es el tipo de agente de orden público, es el tipo de policía que aspiraba nuestra Revolución, y es el tipo de policía que tendrá siempre nuestra Revolución.
A nosotros nos enorgullece poder decir esto, poder proclamar esto. A nosotros nos enorgullece que nuestra Revolución haya desarrollado este tipo de combatientes, este tipo de trabajadores, este tipo de servidores del pueblo.
Será necesario realizar una labor educativa, informativa amplia, a fin de adquirir el máximo de eficacia en la lucha contra el delito.
Desde luego, hay un principio revolucionario fundamental: que la lucha contra el delito en nuestra sociedad no es, ni mucho menos, función o tarea exclusiva de los funcionarios de orden público. ¡La lucha contra el delito es, en primer lugar, una tarea de todo el pueblo, una batalla de todo el pueblo!
Y creemos realmente que el papel del funcionario del Ministerio del Interior, del combatiente del Ministerio del Interior, es uno de los papeles más honrosos y más dignos que pueda tener un revolucionario en este proceso; uno de los trabajos llenos de estímulos, uno de los trabajos llenos de honra, llenos de confianza.
Ustedes tienen por delante un ancho campo de avance, de progreso, de desarrollo, de conquista de nuevas técnicas, de estudio. Ustedes tienen por delante la posibilidad hermosa de prestarle a nuestro pueblo y a nuestra patria uno de los más fundamentales y apreciados servicios.
Y la Revolución está segura de que ustedes sabrán corresponder esa confianza. La Revolución está segura de que ustedes en esta próxima década sabrán cumplir gloriosamente su deber.
Para conocer más sobre el ideario y la acción del líder de la Revolución Cubana, visite el sitio: Fidel Soldado de las Ideas.
Con información de Cubadebate